AOIZ
GENERACIÓN Nº 1
1)
Pedro de Aoiz, nacido
el 21 de octubre 1607, Indurain, Navarra, España. [Nota 1]
Testó el 30 de diciembre de 1649 en Lumbier, Navarra, España.
Casado
el 12 de septiembre 1631, Lumbier, Navarra, España, con Graciana Boyana [Nota 1-1]
Hijos:
·
Martin de Aoiz Bayona (2)
GENERACIÓN Nº 2
2)
Martin de Aoiz Bayona, nacido
el 12 de agosto 1637, Lumbier, Navarra, España. [Nota 2]
Casado el 21 de agosto 1661,
Pamplona, Navarra, España, con Graciosa Garayoa Pascal, nacida el 6 de abril 1643,
Garayoa, Navarra, España [Nota 2-1]
Hijos:
·
Miguel de Aoiz Garayoa (3)
GENERACIÓN Nº 3
3) Miguel de Aoiz Garayoa, bautizado
el 29 de abril 1663, Pamplona, Navarra, España. [Nota 3]
Testó el 1 de junio de 1715 en Uriz, Navarra, España.
Casado
el 12 de noviembre 1687, Asiáin, Navarra, España, con Casilda de la Torre Abaurrea, bautizada
el 9 de abril 1670, Uriz, Navarra, España [Nota 3-1]
Hijos:
·
Miguel Julian de Aoiz de la Torre (4)
·
Jose Joaquin de Aoiz de la Torre
·
Miguel Jose de Aoiz de la Torre (5)
·
Tomas Francisco de Aoiz de la Torre (6)
·
Pablo Sebastian de Aoiz de la Torre (7)
·
Maria Eugenia de Aoiz de la Torre
·
Maria Bernarda de Aoiz de la Torre
GENERACIÓN Nº 4
4)
Miguel Julian de Aoiz de la
Torre, nacido en 1690, fallecido
el 31 de enero 1754, Viena (a la edad de 64 años), Diplomático.
[Nota 4]
5)
Miguel Jose de Aoiz de la Torre, Caballero de la Orden de
Santiago, nacido el 13 de mayo 1699, Aoiz, Navarra, España,
fallecido en diciembre 1753 (a la edad de 54 años). [Nota 6]
6)
Tomas Francisco de Aoiz de la
Torre, fallecido después de 1759, Madrid, España. [Nota 7]
7) Pablo Sebastian de Aoiz de la Torre, Regidor del Cabildo de Buenos Aires, nacido en 1709, Tafalla, Navarra, España,
fallecido, General de los Reales Ejércitos. [Nota 8]
Casado el 2 de marzo 1737
con Thomasa de Larrazabal Avellaneda,
bautizada el 25 de septiembre 1708, Buenos Aires, actual
Argentina [Nota 8-1]
(testigos: Anttonio de Larrazaval Basualdo 1678-, Gregoria de Otarola)
Thomasa de Larrazabal Avellaneda había casado en
primeras nupcias el 25 de abril de 1728 con Martin de Arraez, oriundo de
Pamplona, y juntos tuvieron al menos 2 hijos.
Thomasa de Larrazabal Avellaneda era descendiente, en 16º generación, del Rey Jaime I
de Aragón.
Hijos:
·
Thomas Pablo Julian Aoiz Larrazabal (8)
·
Fermin Franciscoo Xavier Thomas Aois Larrazabal (9)
·
Petrona Josepha Martina de Aoiz y Larrazabal (10)
·
Manuel Joseph Berfecto Aoyz y Larrasabal (11)
GENERACIÓN Nº 5
8)
Thomas Pablo Julian Aoiz Larrazabal, bautizado el 29 de enero 1738, Buenos Aires,
actual Argentina, General. [Nota 9]
Casado el 4 de febrero 1762,
Madrid, España, con Teresa Martinez de Arce y Herrera, nacida, Madrid, España [Nota 9-1]
Hijos:
·
Josefa Leonarda de Aoiz y Larrazábal (12)
·
Maria Aoiz Martinez de Arce, nacida
el 17 de abril 1765, Madrid, España. [Nota 15]
·
Bentura Blasa Aoiz Martinez de Arce, nacida
el 3 de febrero 1770, Madrid, España. [Nota 16]
·
Juana de Aoiz Martinez de Arce y Herrera (13)
·
Buenaventura Mariano Agapito Aoiz y Martinez, bautizada
el 25 de marzo 1776, Buenos Aires, actual Argentina. [Nota 33]
·
Maria Josefa de Aoiz Martinez de Arce (14)
·
Tomasa Bentura Aoyz Martinez, bautizada
el 27 de enero 1771, Buenos Aires, actual Argentina. [Nota 35]
·
Maria Aniceta de Aoiz Martinez de Arce, Religiosa. [Nota 36]
·
Benita de Aoiz Martinez de Arce
9)
Fermin Franciscoo Xavier Thomas
Aois Larrazabal, Ministro de las Cajas Reales de
Potosí (alrededor de 1797-1781), Ministro Honorario del Tribunal
de Cuentas de Buenos Aires (1794), bautizado
el 9 de marzo 1739, Buenos Aires, actual Argentina,
Funcionario. [Nota 38]
Casado el 29 de septiembre 1768, Buenos Aires, actual
Argentina, con Maria Raphaela Nicencia Moneda Igarzabal, bautizada
el 28 de octubre 1750, Buenos Aires, actual Argentina,
fallecida el 20 de agosto 1807 (a la edad de posiblemente
56 años) [Nota 38-1].
Casado el 3 de agosto 1810, Buenos Aires, Virreinato del
Río de la Plata, con Maria Barbara Martina de Otalora y Ribero, nacida en 1765
[Nota 38-2].
10)
Petrona Josepha Martina de Aoiz y Larrazabal, bautizada el 1 de febrero 1746, Buenos Aires,
actual Argentina. [Nota 39]
Casada el 14 de agosto 1765,
Buenos Aires, actual Argentina, con José Ignacio de la Quintana y Riglos, bautizado el 17 de marzo 1736, Buenos Aires,
actual Argentina, Militar [Nota 39-1] (testigo del casamiento fue: Pedro de Cevallos, Futuro 1º Virrey del Río de la Plata)
Hijos:
·
Tomasa de la Quintana Aoiz (15)
·
Fermina Josepha Vitala de la Quintana Dias, bautizada
el 29 de abril 1767, Buenos Aires, actual Argentina. [Nota 77]
·
Francisco Bruno Dionicio de la Quintana Aoiz (16)
·
Rosa Ramona de la Quintana, bautizada
el 1 de septiembre 1770, Buenos Aires, actual Argentina.
[Nota 89]
·
Martin Joseph Bartholome de la Quintana de Aois, bautizado
el 25 de agosto 1772, Buenos Aires, actual Argentina. [Nota 90]
·
Hilarion Jose de la Quintana Aoiz (17)
·
Maria Angeles de la Quintana y Aoiz. [Nota 95]
·
Severa Justa de la Quintana y Aoiz. [Nota 96]
·
Maria Concepcion Buenaventura de la Quintana y Aois, bautizada, Buenos
Aires, Virreinato del Río de la Plata. [Nota 97]
11)
Manuel Joseph Berfecto Aoyz y Larrasabal, bautizado el 18 de junio 1748, Buenos Aires,
actual Argentina, Coronel de los Reales Ejércitos. [Nota 98]
Casado con Maria Josefa Alonso de la Jarrota y Avellaneda
Hijos:
·
Maria del Transito de Aoiz Lajarrota (18)
GENERACIÓN Nº 6
12) Josefa Leonarda de Aoiz y Larrazábal. [Nota 10]
Casada el 7 de mayo 1795 con José Antonio Gregorio Eustaguio Otalora Riveros, bautizado
el 21 de septiembre 1767, Buenos Aires, actual Argentina,
Hacendado y militar [Nota 10-1]
Hijos:
·
Pasquala Otalora Aoiz. [Nota 12] Casada con Francisco Manebo Marquez [Nota 12-1].
·
Josefa Aniceta Juliana Buenaventura Otarola Aois, bautizada
el 18 de abril 1801, Buenos Aires, Virreinato del Río de la
Plata. [Nota 13]
·
Martiniano Jose Ramon Ventura Otarola Y Aois, bautizado
el 4 de julio 1805, Buenos Aires, Virreinato del Río de la
Plata. [Nota 14]
13)
Juana de Aoiz Martinez de Arce y Herrera, nacida, Madrid, España. [Nota 17]
Casada el 10 de mayo 1785
con Pedro Guido y Sanz, nacido,
Barcelona, Cataluña, España, Marino [Nota 17-1]
Hijos:
·
Thomas Franciscoo Gil Buenaventura del Rosario Guido Aoiz (19)
·
Pedro Josef Bentura Guido y Aois (20)
·
Santiago Josef Bentura Gido Aoiz, bautizado
el 24 de mayo 1793, Buenos Aires, Virreinato del Río de la
Plata. [Nota 23]
·
Josefa Gregoria Nicolasa Bentura de la Santissima Guido Aoir, bautizada
el 10 de septiembre 1794, Buenos Aires, Virreinato del Río
de la Plata. [Nota 24]
·
Rufino Luiz Bentura Guido Aoiz (21)
·
Maria Gregoria Josefa Ventura del Corazon de Jesus Guido Aoiz, bautizada
el 18 de noviembre 1798, Buenos Aires, Virreinato del Río
de la Plata. [Nota 26]
·
Gregoria Luis Josefa Bentura Guido Aois, bautizada
el 28 de noviembre 1800, Buenos Aires, Virreinato del Río
de la Plata. [Nota 27]
·
Faustino Pedro Jose Ventura Guido Aoiz, bautizado
el 16 de febrero 1803, Buenos Aires, Virreinato del Río de
la Plata. [Nota 28]
·
Michaela Josefa Ventura Guido Aoiz, bautizada
el 8 de mayo 1805, Buenos Aires, Virreinato del Río de la
Plata. [Nota 29]
·
Maria Justina Josefa Ventura Guido y Aoya (22)
14)
Maria Josefa de Aoiz Martinez
de Arce, nacida, Buenos Aires, actual Argentina. [Nota 34]
Casada el 21 de marzo 1804 con Jose Garcia Martinez y Sanchez Contreras, nacido, Madrid,
España, Coronel de Infantería [Nota 34-1].
Casada el 19 de junio 1813 con Jose Miguel Rosende y Bustamante [Nota 34-2].
15)
Tomasa de la Quintana Aoiz, nacida alrededor de 1766, Buenos Aires, actual Argentina,
fallecida en 1841, Buenos Aires, Argentina (a la edad de posiblemente 75
años). [Nota 40]
Casada el 14 de junio 1788,
Buenos Aires, Virreinato del Río de la Plata, con Antonio José de Escalada, nacido en 1752, Buenos Aires, actual Argentina, fallecido
el 16 de noviembre 1821, Buenos Aires, Argentina (a la edad
de 69 años), Comerciante [Nota 40-1]
Fueron padres, entre otros, de María de los Remedios de Escalada esposa del Libertador José de San Martín
16)
Francisco Bruno Dionicio de la Quintana Aoiz, nacido el 9 de octubre 1769, Buenos Aires, actual
Argentina, bautizado el 9 de octubre 1769, Buenos Aires,
actual Argentina, fallecido el 20 de diciembre 1841, Buenos
Aires, Argentina (a la edad de 72 años), Coronel. [Nota 78]
Casado el 23 de mayo 1805,
Buenos Aires, Virreinato del Río de la Plata, con Micaela de Uzin[Nota 78-1]
Son abuelos del futuro presidente de la Argentina Manuel
Quintana
17)
Hilarion Jose de la Quintana Aoiz, Gobernador de Salta (enero 1815), Teniente de Gobernador de Tucumán (1814), nacido
el 21 de octubre 1774, San Fernando de Maldonado, actual
Uruguay, bautizado el 22 de octubre 1774, San Fernando de
Maldonado, actual Uruguay, fallecido en 1843, Buenos Aires, Argentina (a
la edad de 69 años), Coronel. [Nota 91]
Casado en 1808 con Maria del Transito de Aoiz Lajarrota (Nº 18
del presente trabajo) [Nota 91-1]
Hijos:
Martín de la Quintana Aoiz (23)
Hilarion Jose de la Quintana Aoiz, en segundas nupcias, casado en 1816, Tucumán, Argentina, con Maria Joaquina Costas Morando, nacida
en 1794, Potosí, actual Bolivia [Nota 91-2]
Hijos:
Felipe Hilarion de la Quintana Costas, nacido el 1 de mayo 1818, Mendoza, Argentina,
bautizado el 15 de mayo 1818, Mendoza, Argentina. [Nota 93]
Casado el 23 de enero 1843,
Arequipa, Perú, con Manuela Corzo Recabarren, bautizada el 3 de mayo 1827, Arequipa, Perú [Nota 93-1], con descendencia en Arequipa.
Estando su marido Hilarion Jose de la Quintana Aoiz en el extranjero, por el año 1826, Maria Joaquina Costas Morando tuvo un amorío con Simon Bolivar y juntos tuvieron un hijo extramatrimonial
18)
Maria del Transito de Aoiz Lajarrota Ver Nº 17 del presente
trabajo
GENERACIÓN Nº 7
19) Thomas Franciscoo Gil Buenaventura del Rosario
Guido Aoiz, bautizado
el 1 de septiembre 1788, Buenos Aires, Virreinato del Río
de la Plata, fallecido el 14 de septiembre 1866, Buenos
Aires, Argentina, enterrado, Catedral de Buenos Aires (a la edad de
posiblemente 78 años), General. [Nota 18]
Casado, Chile, con Maria del Pilar Spano y Ceballos [Nota 18-1]
Serán padres, entre otros, del célebre poeta argentino Carlos Guido y Spano [Nota 19]
Otro de sus hijos Pilar Guido y Spano se casará con Francisco Bilbao Barquin célebre pensador
chileno [Nota 20-1]
20) Pedro
Josef Bentura Guido y Aois, bautizado
el 9 de marzo 1791, Buenos Aires, Virreinato del Río de la
Plata, fallecido en 1845 (a la edad de posiblemente 54 años). [Nota 22]
Casado en 1825 con Maria Cypriana Irigoyen y Segurola,
bautizada el 26 de septiembre 1806, Buenos Aires,
Virreinato del Río de la Plata [Nota 22-1].
21) Rufino
Luiz Bentura Guido Aoiz, nacido
el 9 de julio 1796, Buenos Aires, Virreinato del Río de la
Plata, bautizado el 10 de julio 1796, Buenos Aires,
Virreinato del Río de la Plata, fallecido en 1880, Buenos Aires, Argentina
(a la edad de 84 años), General. [Nota25]
Casado con Ursula B. [Nota 25-1].
22) Maria Justina Josefa Ventura Guido y Aoya, bautizada
el 7 de octubre 1807, Buenos Aires, Virreinato del Río de
la Plata. [Nota 30]
Casada con Luciano de la Isla Gainza [Nota 30-1]
con descendencia en Buenos Aires
23) Martín
de la Quintana Aoiz. [Nota 92]
Casado con María
Santander [Nota 92-1].
Casado con Isidora
Crespo Maldonado [Nota 92-2].
gcdelgadoj@yahoo.com.ar
Marzo de 2014
REFERENCIAS
1 (Pedro de Aoiz 1607)
|
Fuentes:
- nacimiento, casamiento:
Vicente de Cadenas y Vicent: “Caballeros de la Orden de Santiago, siglo XVIII”
P.55
1-1 (Graciana Boyana )
Fuentes:
- casamiento: Vicente de
Cadenas y Vicent: “Caballeros de la Orden de Santiago, siglo XVIII” P.55
2 (Martin de Aoiz Bayona 1637)
Fuentes:
- nacimiento, casamiento:
Vicente de Cadenas y Vicent: “Caballeros de la Orden de Santiago, siglo XVIII”
P.55
2-1 (Graciosa Garayoa Pascal 1643)
|
Fuentes:
- nacimiento, casamiento:
Vicente de Cadenas y Vicent: “Caballeros de la Orden de Santiago, siglo XVIII”
P.55
3 (Miguel de Aoiz Garayoa 1663)
|
Fuentes:
- bautismo: Didier Ozanam:
"Les diplomates espagnols du XVIIIe siècle" P.157
- casamiento: Caballeros de
la Orden de Santiago, siglo XVIII
- familia: Vicente de
Cadenas y Vicent: “Caballeros de la Orden de Santiago, siglo XVIII” P.55
3-1 (Casilda de la Torre Abaurrea 1670)
Bautismo
Carlos
Calvo: "Nobiliario del antiguo virreynato del Río de la Plata" P.53
la pone como natural de Madrid |
Fuentes:
- bautismo: Didier Ozanam:
"Les diplomates espagnols du XVIIIe siècle" P.157
- casamiento: Caballeros de
la Orden de Santiago, siglo XVIII
- familia: Vicente de
Cadenas y Vicent: “Caballeros de la Orden de Santiago, siglo XVIII” P.55
4 (Miguel Julian de Aoiz de la Torre 1690-1754)
Era
Secretario del Ministro español en Viena desde 1750 |
Fuentes:
- persona: Didier Ozanam:
"Les diplomates espagnols du XVIIIe siècle" P.158
- nacimiento, muerte: Didier
Ozanam: "Les diplomates espagnols du XVIIIe siècle" P.157
6 (Miguel Jose de Aoiz de la Torre 1699-1753)
"Secretario
del marqués de Pozobueno, enviado español en Londres (1720-1727), contador de
la junta de caballería de las Órdenes, secretario de interpretación de
lenguas en la secretaría de Estado (1734), fue nombrado secretario de la
primera (febrero-junio de 1746), luego de la segunda embajada del duque de
Huéscar en Francia (septiembre de 1746). Su apego a Villarías y a la facción
de los Vizcaínos le hizo sospechoso al duque que se deshizo de él enviándolo,
como secretario, a don Melchor de Macanaz, plenipotenciario español en las
cortes de Breda. (...) Ocupó este puesto de marzo a septiembre de 1747,
volviendo liego a París que abandonó en mayo de 1748 para regresar a España:
llegó a Aranjuéz el 3 de junio" |
Fuentes:
- persona: José de Carvajal
y Lancáster,Fernando de Silva Alvarez de Toledo y Haro Huéscar (duque de):
"La diplomacia de Fernando VI [i.e. Sexto]: correspondencia reservada
entre D. José de Carvajal y el duque de Huéscar, 1746-1749" P.98
- nacimiento: Vicente de
Cadenas y Vicent: “Caballeros de la Orden de Santiago, siglo XVIII” P.55
- muerte: Didier Ozanam:
"Les diplomates espagnols du XVIIIe siècle" P.157
7 (Tomas Francisco de Aoiz de la Torre †1759/)
Autor de
"Obras, Vida y Virtudes del Venerable Maestro Juan de Avila. Clerigo.
Apostol" una colección general de todos sus escritos publicada en 1759. |
Fuentes:
- muerte: Compilador Adolfo
P. Carranza: "Un siglo despues: 1797-7 de junio - 1897" P.61
8 (Pablo Sebastian de Aoiz de la Torre 1709-)
Nacimiento
Centro
de Estudios Genealógicos e Históricos de Rosario. Boletín Nº1. P.31 lo da
como natural de Madrid |
Fuentes:
- persona: Centro de
Estudios Genealógicos e Históricos de Rosario. Boletín Nº1. P.31
- nacimiento, casamiento:
Fundación Vasco-Argentina Juan de Garay: "Los vascos en América: Los
vascos en Buenos Aires, 1713-1810 : ciudad y campaña" P.35
8-1 (Thomasa de Larrazabal Avellaneda 1708)
Fuentes:
- bautismo: "Argentina,
Capital Federal, registros parroquiales, 1737-1977," index and images,
FamilySearch (https://familysearch.org/pal:/MM9.1.1/XN3C-XZN :
accessed 26 Feb 2014), Thomasa de Larrazabal, 1708.
- casamiento 1: Susana R.
Frías, César Augusto García Belsunce: "De Navarra a Buenos Aires,
1580-1810" P.96
- casamiento 2: Fundación
Vasco-Argentina Juan de Garay: "Los vascos en América: Los vascos en Buenos
Aires, 1713-1810 : ciudad y campaña" P.35
9 (Thomas Pablo Julian Aoiz Larrazabal 1738)
Fuentes:
- bautismo: "Argentina,
Capital Federal, registros parroquiales, 1737-1977," index and images,
FamilySearch (https://familysearch.org/pal:/MM9.1.1/XN38-4PP :
accessed 03 Mar 2014), Thomas Pablo Julian Aoyz Larraz.L, 1738.
- casamiento: Matías
Fernández García: "Parroquias madrileñas de San Martín y San Pedro el
Real: algunos personajes de su archivo" P.162
9-1 (Teresa Martinez de Arce y Herrera )
Fuentes:
- nacimiento, casamiento:
Matías Fernández García: "Parroquias madrileñas de San Martín y San Pedro
el Real: algunos personajes de su archivo" P.162
10 (Josefa Leonarda de Aoiz y Larrazábal )
Fuentes:
- casamiento: Carlos Calvo:
"Nobiliario del antiguo virreynato del Río de la Plata" P.54
10-1 (José Antonio Gregorio Eustaguio Otalora Riveros 1767)
José Antonio
Gregorio Eustaquio de Otálora y del Ribero fue un militar e importante
hacendado de la provincia de Buenos Aires en los primeros años de las
Provincias Unidas del Río de la Plata. José
Antonio Gregorio Eustaquio de Otálora y del Ribero nació en Buenos Aires,
Gobernación del Río de la Plata (Argentina), hijo del coronel José Antonio
Gregorio de Otálora, regidor del Cabildo de Buenos Aires y uno de los más
ricos comerciantes del territorio, y de Josefa del Ribero y Cossio. Fue
bautizado el 21 de septiembre de 1767. Efectuó sus primeros estudios en el
Real Colegio de San Carlos. Tras la Revolución de Mayo adhirió al movimiento
patriota y el 12 de junio de 1811 fue nombrado capitán del Regimiento de
Granaderos de Fernando VII. A la muerte de su hermano Felipe en 1818 se ocupó
de la administración de los campos de su padre, especialmente la estancia
Rincón de las Palmas, antigua reducción y estancia jesuítica adquirida por su
padre tras la expulsión de la Orden. Casó con su prima segunda Josefa
Leonarda de Aoiz y Larrazábal, hija del general Tomás de Aoiz y Larrazábal y
de Teresa Martínez de Arce y Herrera. |
Fuentes:
- persona: http://es.wikipedia.org/wiki/Jos%C3%A9_Antonio_Gregorio_Eustaquio_de_Ot%C3%A1lora_y_Ribero
- bautismo: "Argentina,
Capital Federal, registros parroquiales, 1737-1977," index and images,
FamilySearch (https://familysearch.org/pal:/MM9.1.1/XN3D-N8F :
accessed 09 Mar 2014), Jose Antonio Otalora in entry for José Antonio Gregorio
Eustaguio Otalora, 1767.
- casamiento: Carlos Calvo:
"Nobiliario del antiguo virreynato del Río de la Plata" P.54
12 (Pasquala Otalora Aoiz )
Fuentes:
- casamiento: Alfredo J.
Otárla: "Antecedentes históricos y genealógicos: el conquistador don
Domingo Martínez Irala, símbolo y espina dorsal de la conquista del Río de la
Plata, precursor y fundador de la América del Sur, excepto Chile" P.29
12-1 (Francisco Manebo Marquez )
Fuentes:
- casamiento: Alfredo J.
Otárla: "Antecedentes históricos y genealógicos: el conquistador don
Domingo Martínez Irala, símbolo y espina dorsal de la conquista del Río de la
Plata, precursor y fundador de la América del Sur, excepto Chile" P.29
13 (Josefa Aniceta Juliana Buenaventura Otarola Aois 1801)
Fuentes:
- bautismo: "Argentina,
Capital Federal, registros parroquiales, 1737-1977," index and images,
FamilySearch (https://familysearch.org/pal:/MM9.1.1/XNQN-XXX :
accessed 08 Mar 2014), Josefa Aniceta Juliana Buenaventura Otarola Aois, 1801.
14 (Martiniano Jose Ramon Ventura Otarola Y Aois 1805)
Muerte
Fallece
soltero |
Fuentes:
- muerte: Alfredo J. Otárla:
"Antecedentes históricos y genealógicos: el conquistador don Domingo
Martínez Irala, símbolo y espina dorsal de la conquista del Río de la Plata,
precursor y fundador de la América del Sur, excepto Chile" P.29
15 (Maria Aoiz Martinez de Arce 1765)
Fuentes:
- nacimiento: Matías
Fernández García: "Parroquias madrileñas de San Martín y San Pedro el
Real: algunos personajes de su archivo" P.162
16 (Bentura Blasa Aoiz Martinez de Arce 1770)
Fuentes:
- nacimiento: Matías
Fernández García: "Parroquias madrileñas de San Martín y San Pedro el
Real: algunos personajes de su archivo" P.162
17 (Juana de Aoiz Martinez de Arce y Herrera )
Fuentes:
- nacimiento: José R.
Sanchís Muñoz: "Tomás Guido, diplomático, estadista, militar:
1788-1866" P.11
- casamiento: Carlos Calvo:
"Nobiliario del antiguo virreynato del Río de la Plata" P.54
17-1 (Pedro Guido y Sanz )
Fuentes:
- nacimiento: Felipe Barreda
Laos: "General Tomás Guido, vida diplomacia: revelaciones y
confidencias" P.12
- casamiento: Carlos Calvo:
"Nobiliario del antiguo virreynato del Río de la Plata" P.54
18 (Thomas Franciscoo Gil Buenaventura del Rosario Guido Aoiz 1788-1866)
Tomás Guido
(Buenos Aires, Virreinato del Río de la Plata, 1 de noviembre de 1788 –
Buenos Aires, Argentina, 14 de setiembre de 1866) fue un militar, diplomático
y político argentino. Actuó en las Invasiones Inglesas y adhirió a la
Revolución de Mayo de 1810. Brindó su talento negociador durante los
difíciles momentos de la independencia. Su célebre Memoria, fruto de sus
conversaciones con su amigo, el General San Martín, fue determinante para que
el Director Supremo Juan Martín de Pueyrredón le diera su apoyo a la
realización de la campaña emancipadora de Chile y Perú. Bautismo
http://es.wikipedia.org/wiki/Tom%C3%A1s_Guido pone 1º de noviembre de 1788.
Alfredo J. Otárola: "Cunas de ilustres linajes: descendencia de Domingo
Martínez de Irala y otras de la época de la conquista, orígenes de primitivas
dinastías medievales" P.21 pone 19 de octubre de 1788. Ambas fechas de
nacimiento imposibles. |
Fuentes:
- persona, casamiento,
muerte: http://es.wikipedia.org/wiki/Tom%C3%A1s_Guido
- bautismo: "Argentina,
Capital Federal, registros parroquiales, 1737-1977," index and images,
FamilySearch (https://familysearch.org/pal:/MM9.1.1/XN36-Y9B :
accessed 08 Mar 2014), Pedro Guido in entry for Thomas Franciscoo Gil
Buenaventura del Rosario Guido, 1788.
18-1 (Maria del Pilar Spano y Ceballos )
Fuentes:
- casamiento: http://es.wikipedia.org/wiki/Tom%C3%A1s_Guido
19 (Carlos Guido y Spano 1827-1918)
Carlos
Guido y Spano (Buenos Aires, 19 de enero de 1827 – Buenos Aires, 25 de julio
de 1918), poeta argentino cultor del romanticismo. Nació en Buenos Aires
siendo bautizado como Carlos Rufino Pedro Ángel Luis hijo del general Tomás
Guido (militar de las guerras de la independencia y amigo de José de San
Martín) y de María del Pilar Spano y Ceballos, hija del coronel Carlos Spano
(fallecida en Buenos Aires el 25 de enero de 1868). Tuvo varios hermanos. El
15 de Abril de 1866, Carlos Guido y Spano publica un folleto de 114 páginas a
través de cual daba rotunda oposición a la Guerra contra el Paraguay, así
como otros ilustres de la época Juan Bautista Alberdi, José Hernández, lo que
causó que fuese preso por orden de Bartolomé Mitre el 26 de Julio de 1866.1
Su padre había hecho expresa su voluntad de ser enterrado bajo las piedras de
su querida Cordillera de los Andes, por lo que —para poder enterrarlo en
Buenos Aires— Guido hizo traer piedras 1200 km desde la cordillera para construir
con sus propias manos el sepulcro de su padre.2 Guido plasmó su obra poética
en dos obras: Hojas al viento (1871) donde recopiló sus poemas desde 1854 y
Ecos lejanos (1895). Es conocido su poema Trova: He nacido en Buenos Aires.
¡Qué me importan los desaires con que me trate la suerte! Argentino hasta la
muerte, he nacido en Buenos Aires. En 1864, Guido reclamó que su padre había
sido el verdadero autor (y no San Martín) del plan de cruzar la Cordillera de
los Andes, tomar Chile a los españoles y atacar desde el mar la base militar
española en Lima (Perú). La pretensión fue rechazada con ira.3 Incursionó en
la prosa en 1879, con la edición de Ráfagas, obra que contiene críticas
literarias y de la sociedad y personajes de su época, así como referencias
autobiográficas. Durante su vida ocupó varios cargos oficiales: director del
Archivo General de la Nación y vocal del Consejo Nacional de Educación. Fue
cofundador de la Sociedad Protectora de Animales (26 de noviembre de 1879).
Se opuso a la Guerra contra Paraguay (1865-1870). Falleció en Buenos Aires el
25 de julio de 1918. |
Fuentes:
- persona, nacimiento,
casamiento, muerte: http://es.wikipedia.org/wiki/Carlos_Guido_y_Spano
19-1 (Micaela Lavalle )
Fuentes:
- casamiento: http://es.wikipedia.org/wiki/Carlos_Guido_y_Spano
20 (Pilar Guido y Spano )
Fuentes:
- casamiento: Francisco
Bilbao: "El evangelio americano" P.316
20-1 (Francisco Bilbao Barquin 1823-1865)
Filósofo
revolucionario americano, ideólogo espiritualista cristiano, socialista y republicano,
activista antimonárquico y anticlerical, en particular antijesuita, masón y
propagador de la leyenda negra antiespañola, quizá el primero en introducir
el concepto de «América latina» («la raza Latino-Americana», «pero la América
vive, la América latina, sajona e indígena protesta», «tenemos que perpetuar
nuestra raza Americana y Latina», en su alegato «Iniciativa de la América»,
pronunciado en París el 22 de junio de 1856) y el concepto de «Estados
Des-Unidos» (en ese mismo texto) para referirse a las Repúblicas
Hispanoamericanas, considerado por algunos como el Apóstol de la libertad en
América, &c.; nació Francisco de Sales Bilbao Barquín en Santiago de
Chile el 9 de enero de 1823 y falleció en Buenos Aires el 19 de febrero de
1865. Su madre, Mercedes Barquín Velasco, había nacido en Buenos Aires, y su
padre, Rafael Bilbao Beyner, formó parte del Congreso constituyente de Chile
en 1828, donde fue gobernador local e intendente en Santiago, aunque los
vaivenes políticos le llevaron a ser condenado en 1834 al destierro, lo que
determinó que el hijo también pasase a vivir en Lima, con once años, en
compañía de un puñado de liberales chilenos exilados. Pudo regresar la
familia a Santiago de Chile y a principios de 1839 inició Francisco Bilbao
sus estudios de Derecho en el Instituto Nacional, donde fue alumno de Andrés
Bello y José V. Lastarria. Siendo estudiante tradujo y publicó, con un breve
prólogo, el opúsculo de Lamennais, De la esclavitud moderna, adicionada con
un discurso español análogo, Imprenta Liberal, Santiago de Chile 1843, VI+27
págs. Al parecer había sido el radical peruano Pascual Cuevas, exiliado en
Chile, quien le facilitó la lectura de obras de Lamennais, en particular El
libro del pueblo (1838). «Fue
después de haber consolidado la independencia cuando numerosos intelectuales
enamorados de la cultura europea no española, encabezados por el chileno
Francisco Bilbao y el argentino Sarmiento, proclamaron para el Continente
americano el ideal de la ‘desespañolización’.» (Ramiro de Maeztu, «El
hispanismo de los sur-americanos» [donde glosa el libro de José León Suárez,
Carácter de la revolución americana], Nuevo Mundo, año XXIV, nº 1206, Madrid,
16 de febrero de 1917, pág. 5.) «La última
parte del folleto la dedica el señor [José León] Suárez a recomendar
abjuremos de errores, tales como los propagados durante medio siglo por el
Evangelio Americano, de Francisco Bilbao, "que sintetizaba en la palabra
‘desespañolizarse’ la verdadera fórmula del progreso americano". Bilbao
planteaba así su punto de vista. La España conquistó la América. Los ingleses
colonizaron el Norte. El resultado fue: "Al Norte los Estados Unidos, la
primera de las naciones antiguas y modernas. Al Sur, los Estados Desunidos,
cuyo progreso consiste en despañolizarse." Evidente el error de Bilbao,
conviene destruirlo en el menor tiempo posible. Bilbao, como lo hace notar
nuestro autor, tenía por obra de cabecera el Ultramontanismo, de Quinet,
"de quien era íntimo amigo"; era su otro inspirador Lamennais, cuyo
libro De los males de la Iglesia cita frecuentemente, y, "finalmente,
Bilbao era un propagador entusiasta en nuestro país, en el suyo (Chile) y en
los demás de América del capítulo ‘La civilización en España’ de la obra de
Buckle Historia de la civilización en Europa." El inexacto y apasionado
Evangelio Americano, de Bilbao, "fue durante muchos años libro de
lectura en nuestros establecimientos de segunda enseñanza y en los grados
superiores de la primaria". "Con pociones tóxicas semejantes hemos
deformado, por el espacio de casi un siglo, la historia de nuestra raza y la
lógica de nuestra existencia".» (Bernardo González Arrili –Buenos Aires,
mayo de 1917–, «Carácter de la revolución americana (Un nuevo punto de vista
más verdadero y justo sobre la independencia hispano-americana), por José
León Suárez, Buenos Aires 1917», La Lectura, año XVII, nº 201, Madrid,
septiembre 1917, págs. 297-298.) 1844, La
sociabilidad chilena «Principiaba
a correr el año de 1844 y una de las figuras más notables de la revolución de
la Independencia bajaba al sepulcro. Era D. José Miguel Infante, enemigo del
clero, volteriano en ideas y tenido en la opinión por hereje o ateo, que es
lo mismo para los imbéciles. Este hombre, dotado de las cualidades del
tribuno popular era de una inflexibilidad a toda prueba. [...] El clero
católico no había olvidado esta derrota y, a la muerte de Infante, quiso
vengarse. Durante el letargo que precedió a su desaparición, trató de
arrancarle un acto de debilidad. Infante terminó volteriano. No se confesó ni
aceptó las pantomimas del catolicismo. [XXV] El país vistió de luto por la
muerte de tan grande hombre y los honores que el pueblo le rindió no los
hemos vuelto a presenciar. Francisco Bilbao iba en el cortejo fúnebre, y fue
ese día en que por vez primera hablara en público. Al pasar el féretro por
las puertas del Cementerio, Bilbao lo detuvo y le dirigió estas palabras:
«Antes de pasar los umbrales de la muerte, Infante, ¡recibid el bautismo de
la inmortalidad!.» Los incidentes expuestos, las biografías que del hombre se
publicaron y las manifestaciones que se siguieron, ocasionaron una polémica
animada entre la juventud, que defendía la memoria de Infante y el clero que
la anatematizaba. [...] Observando estas escaramuzas, Bilbao creyó llegado el
momento de lanzarse a la vida pública, presentándose como el iniciador de la
reforma racionalista, es decir, remover los cimientos de la vieja sociedad,
presentando el dualismo de la civilización moderna, la incompatibilidad del
catolicismo con la libertad, y aplicar este examen a la historia política de
Chile. Pensamiento audaz, porque iba a ser la primera palabra que en el país
más católico de la América, atacaría de frente la causa de su atraso. No se
ocultaba a nadie la situación del país: La sociedad fanatizada hasta la
médula de los huesos. El clero, dueño absoluto de las conciencias. Una masa
compacta de intolerancia basada en la estupidez más crasa. Bilbao previó lo
que se le esperaba, pero no trepidó en su propósito. Una voz interior le
decía: posees la verdad y tu deber es decirla. El corazón le animaba
demostrándole por la pureza del sentimiento, que sin abnegación no hay
heroísmo. Escribió y dio a luz La sociabilidad chilena. Los que se hayan
encontrado en un cataclismo volcánico; los que hayan presenciado el derrumbe
súbito de una población; los que hayan sentido caer a sus pies un rayo, sólo
esos pueden [XXVI] tener idea del efecto que produjo la aparición de La
sociabilidad chilena en la capital de Chile. Atacar el catolicismo en Chile y
en aquella época, despertar esa sociedad aletargada por el dominio
idiotizador de un clero numeroso, sacudir ese monstruo que trescientos años
vegetaba en las delicias de una omnipotente dominación, era un heroísmo. El
que a esto se atrevía era un joven de 21 años de edad. La conmoción fue
general, y la sociedad, el clero y los poderes civiles se pusieron a la
altura de la barbarie. El clero fulminó anatemas. La sociedad maldijo al
escritor y el poder civil lo entregó al dominio de las leyes católicas.
Desatose la prensa empleando la calumnia y promoviendo la excitación del
fanatismo. Creáronse publicaciones especiales. Sólo un diario se atrevió a
defender a Bilbao –El Siglo, redactado por don Francisco Matta. Las iglesias
abrieron sus puertas y tanto en ellas como en las plazas y calles se hacía la
propaganda contra el ‘hereje, el ateo, el corrompido, el inmoral, el que
ardía en los profundos infiernos y para quien la sociedad sólo debía alzar el
arma del exterminio como una ofrenda a Dios’. Éste era el tema de los
sermones. Los padres de familia prohibieron a sus hijos el ver a Bilbao y de
aquí el abandono que de él hicieron una gran parte de sus amigos. Los
liberales en política creyeron ver arruinarse la causa si dejaban una plaza
en sus filas al que atacaba los dogmas: –lo renegaron y lo declararon una
calamidad. Los conservadores fueron lógicos excomulgándolo ante la Patria.
Los ánimos se encontraban en tal grado de enajenación mental y de loca
demencia, que las gentes al pasar por las ventanas de las habitaciones de
Bilbao se santiguaban y atravesaban la calle.» (Manuel Bilbao, «Vida de
Francisco Bilbao», en Obras completas de Francisco Bilbao, Buenos Aires 1866,
tomo I, págs. XXIV-XXVI.) Francisco
Bilbao fue procesado por La sociabilidad chilena, y tras un tumultuoso
juicio, el autor fue «condenado en tercer grado como blasfemo e inmoral»,
multado con 1.200 pesos (que recaudaron sus amigos) y expulsado del Instituto
Nacional; el impreso fue mandado quemar por mano del verdugo. Tras unas
semanas en Valparaíso, donde se había establecido su familia, y decidido a
poner el océano por medio, el 6 de octubre de 1844, junto con sus amigos
Francisco y Manuel Antonio Matta, embarcó en la fragata norteamericana Seaman
rumbo al Havre, con escalas en Montevideo y Río de Janeiro. 1845, estudiante
en Francia Tras un
largo y penoso viaje pisaron Francia el 24 de febrero de 1845, instalándose
al poco en el barrio latino de París, con la voluntad Francisco de retomar
sus estudios interrumpidos en Chile. «No se
contentó con oír tan sólo las lecciones de estos genios, [XLV] quiso ir más
allá, aislarse de la vida de París y encerrarse en un círculo donde sólo
oyera lo que únicamente su alma anhelaba. De aquí nació que se presentó a
visitar a Quinet, a Michelet y a Lamennais. Todos tres le recibieron con esa
bondad peculiar a hombres que parecen vírgenes, modelos de lo que el hombre
debiera ser. Quinet le inspiró más confianza y a él le narró su pasado,
acabando por entregarle un ejemplar de su escrito La Sociabilidad. Grande
debió ser la impresión que produjo en él semejante folleto, desde que recibió
los honores de ser citado en el curso público que daba, como puede verse en
la nota que hemos puesto en la edición de sus obras. (...) [XLVI] La vida de
Bilbao era entonces singular. Se levantaba al amanecer y se ponía al estudio
de los tratadistas de metafísica. Los leía, los analizaba, los extractaba y
los discutía. Asistía a los cursos ya indicados, paseaba en los museos y en
el Luxemburgo y visitaba a los hombres que le parecían notables. Pedro Leroux,
Cremieux, Cousin, &c. Pero, a donde él iba con más frecuencia y a donde
se encontraba como en familia, era a donde aquellos tres, que veneró toda su
vida y no olvidó jamás, ni al dar el último aliento de su vida.» (Manuel
Bilbao, págs. XLIV-XLVI.) Se conservan
sus diarios en París. El siguiente fragmento, donde refiere una conversación
con Edgar Quinet, no deja de tener interés filosófico hispánico: «Enero 1º
de 1846. He estado con Quinet. Me llevó a su cuarto y conversamos de las
Vacancias en España. –V. ha visto a la España muy en poeta, le dije. –Es
preciso animar a estos pueblos del Medio Día, me contestó. Si V. supiera el
desaliento que hay, creen que nada se puede hacer. Yo he vivido en los
pueblos del Norte y sé el desprecio que profesan a los países del Medio Día.
Larra ha muerto de desaliento y ha dicho que la América es la esperanza...
Tengo que hablar de Chile también, y V. me traerá lo más importante y popular
que tenga. –Sí señor, y yo tengo una idea que desenvolver sobre mi [LIII]
país y su influencia futura en América a causa de la nacionalidad que se
forma. Hay una oposición y semejanza entre los Estados Unidos y mi país sobre
el porvenir de la América. Chile por la estabilidad de su carácter, por la
paz que ha tenido, por sus límites tan marcados, por su estrechez misma, por
las tradiciones Araucanas, ha podido echar raíces de un carácter peculiar y
de una fuerte nacionalidad. Los Estados Unidos por el protestantismo y Chile
por la filosofía. Esta es la ventaja futura de mi país. –¡Oh! si una
filosofía penetrara. –Éste es mi trabajo, la busco y mi cuidado es evitar las
ideas de transición y la filosofía ecléctica ahora dominante en Francia. He
tenido el placer de haber sido el primero en refutar en mi país el
eclecticismo, por ahora sé que en Bolivia lo aplauden. He aquí el peligro.
–Sí, pues se cree que la filosofía de Cousin es la última palabra, la
solución, y por eso la adoptan. –Sí señor, yo me he arrancado de ella por la
espontaneidad de la idea personal de la nacionalidad. Al ver el desenlace de
la batalla de Waterloo y al ver a los franceses aplaudir, yo que había leído
a Napoleón y comprendía el sentimiento de la época, al momento sospeché. –Eso
prueba, y me alegro de oírlo, que Vd. tiene un buen corazón y eso lo ha
librado a Vd. –¡Y cual sería mi placer al llegar aquí y leer su segunda
lección contra él! La conversación siguió. –Hay mucho qué hacer del medio
día, me dijo, y es preciso que el español tenga una lengua filosófica. –Yo
alabo su objeto y hace Vd. muy bien en animar entonces. –Y Vds. como buenos
Araucanos también tienen algo de españoles. –Oh señor, y así como en la
conquista dice Herder que fuimos los únicos que sostuvieron la libertad, así
ahora conservaremos esa tradición. Hablamos de los asuntos del día, &c.
Estuvo más familiar, nos separamos muy amigos –yo lleno de nobles
sentimientos, porque con su palabra doblegó mi odio tradicional a la España y
que lo comprendió al momento que le dije: me parece que vd. ha ido [LIV] como
ilusionado por Calderón. –Es que es preciso levantar esos pueblos–, me
contestó, hay desaliento. Al momento la grandeza de su alma me dominó. Esto
se lo agradezco porque salí de su casa más noble. En el mismo día pasé a ver
a Lamennais. Estaba en un círculo hablando muy naturalmente de Dios y otras opiniones.
Vino una señora con un niño. Me encantó el verlo al lado del niño. El sabio,
el anciano, parecía tan angelical con la inocencia.» (Transcrito por Manuel
Bilbao, págs. LII-LIV.) Y no menos
interesantes las anotaciones sobre una de sus conversaciones con Lammenais,
cuando Bilbao traducía entonces al español los Evangelios anotados y
comentados por ese famoso sacerdote, y donde se refieren a Pedro Leroux, uno
de los ideólogos más característicos del naciente socialismo, introductor
años después de la idea de «solidaridad», antes de que el veinteañero Bilbao
inquiriese al clérigo sesentón sobre la castidad: «Bilbao:
–Señor, he concluido hoy el Evangelio de San Mateo. Lamennais: –¿Cree usted
que el clero no haga oposición al libro? B: –Creo que no por dos razones.
¿Qué le pueden decir? Y además, el nombre de Vd. L: –Es la obra que
personalmente me ha complacido más. Un inglés quería traducirla. La
Inglaterra es el país más atrasado a este respecto. Están con las discusiones
del tiempo de Bossuet. Aquí un cura dijo delante del arzobispo que mi libro
hacía amar al cristianismo y odiar al catolicismo. B: –Yo creo señor, pues,
que la traducción ha venido para mí también perfectamente. Es la base de
todo, y sobre todo ahora que los dogmas caen y que el escepticismo cunde. Me
hizo una explicación de la invariabilidad de la ley y de la variedad de su
aplicación, como sucede con el hombre físico. Debe respirar, vestirse
&c., pero con el progreso varía su modo. La ciencia no ha dado su última
palabra. Los de la academia de ciencias que saben todo lo que hay que saber
¿ahora son por eso más hermanos? Luego obedézcase a la ley y téngase
aplicaciones diversas, no importa; en obedeciéndola está todo. Le manifesté
la contradicción de Lermini y me dijo que tenía cartas de él del tiempo de
las palabras de un creyente en que le decía que fuera más adelante. L: –Pedro
Leroux es un hombre de instintos buenos, pero de bajos principios –no hay
sino la tierra para él. [LV] B: –Su hermano es malo y ha influido sobre él.
L: –Se acababa la columna de Julio y fueron varios a comer al Boulevard. –La
tarde era bella. Charton después de algún vino empezó a hablar de la belleza
del espectáculo, de la naturaleza. Leroux dijo, ‘abajo las estrellas’. Ya ve
V., es un hombre material –de ahí sale su metempsicosis. Rainaud es
diferente, lo aprecio mucho –es más elevado y se disputan siempre con él. B:
–Yo creo, señor, que el fatalismo inmoviliza, ¿cómo los Mahometanos han hecho
tanto poseyendo ese dogma? L: –El mahometismo fue un gran progreso. Salió de
algunas sectas cristianas cuando el cristianismo estaba débil y triunfó sobre
la idolatría. Engolfados en el uno fueron fatalistas. B: –Pero ¿cómo obraron?
L: –No es siempre práctico. B: –Eso sí. L: –Vea Vd. Hay aquí un escritor que
me viene a ver y que ha disputado hace mucho tiempo conmigo. No cree en el
mundo exterior, son ilusiones. Vino el otro día a disputar. Le dije: ‘yo creo
en el mundo exterior, tengo las creencias del género humano, –si hay ilusión
¿para qué me escribe Vd.? Yo no le podré a usted convencer’. B: –¿Y qué le
respondió? L: –Des politesses –il y a des illussions chéres. Entablé la
conversación sobre la visita que le hice con Rosales, don Javier, ministro de
Chile en París. B: –Él es del mundo, un buen escéptico, cree que todas las
religiones son buenas. Está desvanecido por la Europa, cree que nosotros
debemos imitarla y me dice que yo pierdo mi tiempo, me aconseja me haga
ingeniero. Vd. ve que él no puede comprender el estado de duda, el peligro de
las transiciones, la incubación del mal. La Europa nos envía de todo, una
mezcla de bien y de mal. Es necesario mirar desde mayor altura, allí está el
eclecticismo que odio porque justifica todo. Para él, el hecho es la ley. L:
–Hacéis bien. Seguid en vuestra misión. Tenéis los instintos inmortales de la
humanidad. Vuestro deber es manifestaros a vuestro país, difundir la
instrucción en las clases, acercarlas a la ley del derecho y del deber para
todos. Enseguida le hablé de la castidad. [LVI] B: –¿Es un deber absoluto y
moral o un deber higiénico? Conocí el tacto conque me respondía, la
experiencia, la indulgencia y la severidad: L: –Yo, en mi oficio de sacerdote
he conocido algo de la debilidad humana, pero no creo que es tan difícil el
practicarla como se dice. O se ofende a la mujer casada y entonces no hay
familia, o se ataca a la soltera y entonces ese ser no es lo mismo que antes
–se ha degradado. –La castidad fortifica el alma y el cuerpo, hay que luchar.
–En vuestra edad yo concibo el poder y más rodeado del ejemplo y la ocasión, pero
se puede vencer. –Fatigad vuestro cuerpo, poco sueño, ocupáos. B: –¿Y el
pensamiento puro hace más? L: –Sin duda y habréis ganado mucho. Se ve la
prostitución, pero yo diré como dijo el Cristo: ‘El que esté sin pecado que
tire la primera piedra,’ y a ella, ‘id y no pecad más.’ Cristo conocía la
debilidad humana y exhortaba a la virtud. Expresaba esto de un modo tan
suave, la palabra del Cristo me pareció en ese momento tan sublime y
verdadera que las lágrimas me saltaron. B: –¡Oh! es sublime, ¡es la verdad!»
(Transcrito por Manuel Bilbao, págs. LIV-LVI.) Así refiere
una tertulia a la que fue invitado por el filósofo Edgardo Quinet, del que
sería gran amigo: «Entro,
Quinet me sienta a su lado y me dice: el que tengo a mi lado es Charton, el
que está a mi derecha es Reynaud; el que sigue es David, y ése de cabellos
blancos es Charles Didier. Me presentó a todos y con todos hablé, con David
cuatro veces, con Reynaud dos, con Didier una. Reynaud me preguntó si los
libros de ellos llegaban a América. Le hablé de su artículo sobre Bolívar.
Bella cara por lo abierta y musculosa, fuerte, risueño, tranquilo. Hablamos
de las nacionalidades y me pronunció un discurso: ‘Todas las nacionalidades
deben pronunciarse más y más y las naciones formarán una conversación entre
sí.’ David D'Angeres me parecía Sócrates. Bajo, sencillo, feo, voz pausada y
tranquila. ‘El arte debe ser casto me dijo, la humanidad es muy inclinada al
sensualismo. En todos los pueblos se encuentra a la escultura para expresar
las ideas del pueblo. En la edad media se representaban los pecados –los
pueblos salvajes en la proa de sus canoas pintaban lenguas, caras de combate.
–Monvoisin es un hombre distinguido. –Qué de poesía no debe haber entre Vds.,
entre los Araucanos. B: –Hay mucho que trabajar, los bellos asuntos no faltan
ni los hombres tampoco. Didier me habló de sus viajes y me preguntó algo
sobre Chile. Cabello blanco, hombre tranquilo, bello porte.» (Transcrito por
Manuel Bilbao, págs. LVIII-LVI.) En este
otro fragmento de su diario, fechado un 15 de mayo (probablemente de 1846),
figura el texto de una carta que dirige a Luis Felipe I de Francia, ante la
visión como trofeo de las banderas argentinas, derrotadas por la escuadra
anglo británica en la Batalla de la Vuelta de Obligado (el 20 de noviembre de
1845): «15 de
mayo. Voy a las Tullerías y dejo la siguiente carta: «Al rey. Señor. Ya están
en los Inválidos las banderas tomadas en el combate de Obligado. [LXI] Señor:
comprended el dolor de un pueblo que se levanta ensangrentado, al divisar esas
banderas en el templo de la justicia de la Francia. Han sido tomadas al
bárbaro, pero son los colores de una nación juvenil, evitad un odio, aumentad
un amor hacia el pueblo que presides. Al lado de las banderas de Austerlitz,
colocas las de un pueblo infantil y destrozado. Tenedlas en depósito sagrado,
pero no las ostentes junto a las cifras gigantescas con que la Francia ha
escrito su justicia y su poder. Pueblos de América, nacidos de ayer,
sintiendo el porvenir temblando en sus entrañas, ¿hemos de sentir el puñal en
nuestras almas? ¿Será la Francia, la nación de la esperanza, la que abata a
los soberbios, la que revuelva ese puñal entre sus manos? Rey: oye el grito
del gran dolor, atiende al pudor de una nacionalidad naciente, abre el
corazón de la Francia al amor de las Repúblicas Americanas. Buenos Aires y
Méjico son dos heridas que los Americanos llevamos en lo íntimo. Francisco
Bilbao, estudiante chileno.» (Transcrito por Manuel Bilbao, págs. LX-LXI.) 1847, gira
europea El primero
de octubre de 1847 sale de París en compañía de varios amigos en dirección a
Dresde (la ciudad en la que Krause, por cierto, había desarrollado buena
parte de su actividad unas décadas antes). Visita Praga, Viena, el Danubio,
Linz, Munich, los Alpes del Tirol, Venecia, Padua, Milán, los Apeninos,
Génova, Livorno, Pisa, Florencia, Civita Vechia y Roma. En Munich un conde
húngaro muy original, que sostenía que no había vicio ni virtud, no creía en
Dios, y que éramos frutos bastardos de los animales, gustaba al parecer de discutir
con los jóvenes por las noches en un restaurante, y con él mantuvo Bilbao al
parecer estos groseros requiebros materialistas: «Me
pidieron fuera a discutir con él y accedí gustoso. Ellos bebían, yo pedí té y
observaba la fisonomía de mi hombre. Joven, pero gastado-arrugas –los signos
del vicio, la mirada apagada. Bebe mucho, lee mucho, no sale sino de noche y
se levanta a las 3 de la tarde. Se formó el círculo y la discusión se empeñó.
Remontamos al origen de las cosas: la creación. Pruebas ontológicas, pruebas
psicológicas, estas últimas lo embarazaron más. –¿Vd. cree en sí mismo? le
interrogué. –Sí, contestó. Bilbao –Esto me basta para rehacer sus creencias.
Húngaro –Todo lo que sabemos es por los otros. Si no fuera así, no tendríamos
preocupaciones. B. –¿Y Quién le ha enseñado a Vd. la creencia en sí mismo?
(Titubea.). H. –No hay bien ni mal. B. –¿Hay orden en el mundo? H. –Sí, pero
temporal, cesará al fin. B. –¿Cree Vd. que cesarán las condiciones esenciales
de los seres? Vd. no cree sino en la materia, pues bien ¿cree Vd. que habrá
materia sin anchura, largo, profundidad, sin divisibilidad, sin pesantez, sin
lado izquierdo, sin lado derecho? H. –No. B. –Luego esas condiciones son
inmutables del orden en la materia. Sin ellas ésta no puede existir. Luego
hay un orden que no varía. (Embarazo para contestar.) El auditorio quería
arrancarle una confesión explicita de mis consecuencias, pero él, daba vuelta
y seguía otra cuestión. Entonces conocí el poco fondo de su escepticismo. B.
–Hemos probado el orden en la materia. ¿Cree Vd. en el pensamiento? H. –Sí.
B. –¿Y en la lógica? H: –También. B. –Pues la lógica es el orden en el
pensamiento. Aquí hubo un largo silencio y Dumont le dijo que no había qué
responder. H. –¿Y qué es lógica según Vd.? B. –La ley única que preside al
desarrollo del pensamiento. [LXVI] Hemos visto cuales son las condiciones
esenciales de la materia. H. –De lo que conocemos, de otra no podemos
afirmar. B: –De toda materia. No puede según la lógica existir sin atracción,
sin anchura, sin extensión. ¿Podrá Vd. decirme cuál es la extensión, la
anchura del pensamiento? ¿si lo puede Vd. dividir en dos pedazos? ¿si lo
puede Vd. pesar y decir: éste es el lado izquierdo y el lado derecho del
pensamiento? H. –No. B. –Luego, si el pensamiento existe y si existe sin las
condiciones esenciales de la materia, es claro que no es materia. Entonces se
puso a hablar sobre que todo era enseñado, que nada sabíamos y que éramos
bastardos de los animales. La otra cuestión fue sobre el bien y el mal. No
hay diferencia, decía él. B. –¿Hay verdad? H. –Sí. B. –¿Hay materia? H. –Sí.
B. –¿La verdad es lo mismo que la mentira? H. –No. B. –Luego el que sostiene
que dos y dos son cinco, contraría el orden matemático. ¿Es bien o es mal?
¿es lo mismo lo uno que lo otro? H. –Pero no se trata de eso, hablo de la
moral establecida por los hombres. B. –Convengamos primero en que hay verdad
y bien, después iremos al fondo de la cuestión. Aquí se levantó mucha bulla.
Todos interrumpían, todo se embrolló y allí quedamos.» (Transcrito por Manuel
Bilbao, «Vida de Francisco Bilbao», pág. LXV-LXVI.) En Milán
tuvo ocasión de saludar al poeta Alejandro Manzoni: «En Milán
fui presentado a Manzoni, lo cual agradecí, pues no recibe sino a las
personas conocidas. Es poeta y uno de los primeros patriotas de la Italia.
Tiene como 57 años de edad y su fisonomía es muy dulce, su perfil inspirado,
su mirada angélica. Hablamos de Quinet y Michelet. ‘Todo lo que agita al
mundo debe traducirse al francés, –me dijo–; es un signo de poder.’ Tratamos
de filosofía, discutimos algo y me habló mucho de Rosmini, abate tirolense,
hombre muy hábil, joven cuyo retrato me mostró, diciéndome: ‘tengo orgullo en
ser su amigo. Se lo he recomendado a Cousin y ahora lo aprecia mejor.’
Discutimos las cuestiones más arduas de la metafísica y vi que era fuerte. Me
hizo detener en ellas, diciéndome que le gustaba esa discusión. Es enemigo
del idealismo subjetivo, pero yo le decía que toda filosofía debe empezar por
el: cogito de Descartes. ‘Él empieza por la existencia’, me dijo. –Pero la
existencia es revelada en el yo, le respondí. Hablamos del catolicismo, le
expuse mis argumentos. Es lo que llaman neo-católico. –¿Vd. cree que la
iglesia se levante? le pregunté. –Sí, me contestó. –¿Con el papado? –Sí, es
mi esperanza. Me hizo leer varios trozos de Rosmini. ‘Sobre Alemania, –me
dijo–, sus textos son causados por el protestantismo.’ Estuvimos tres horas»
(Transcrito por Manuel Bilbao, pág. LXVIII.) 1848,
luchas de clases en Francia Mientras
Bilbao viajaba por Italia, tuvieron lugar en París los sucesos
revolucionarios de febrero de 1848 que terminaron con Luis Felipe. No pudo
estar presente en los sucesos de febrero, pero sí vivir las insurrecciones de
Toscana, Lombardía y Roma. El 1º de junio está de nuevo en París, por lo que
pudo asistir a las jornadas revolucionarias del 23 al 26 de ese mes. Con un
salvoconducto de Quinet, nombrado coronel de la Guardia Nacional, con 10.000
hombres a su cargo, puede asistir a la toma de las barricadas. «A vista de
estas apostasías, Bilbao escribía en los diarios: ‘la Francia va a faltar a
su palabra. La Francia va a mentir. La Francia se suicida para el porvenir.’
Quinet renuncia al mando de la legión. ‘No quiero ser traidor’, dice. ‘La
Francia debe pagar su inmoralidad’, agrega profetizando delante de sus amigos
el porvenir de la Francia, ‘y pasará por un infierno de los males’. A la vez
que la política ocupaba la atención de todos los pueblos europeos, en París
habían reaparecido los cursos públicos y Bilbao se consagró a ellos, entrando
en relaciones con Dumesnil y el célebre poeta polaco Mickiewicz. En uno de
esos cursos tumultuosos llega la ocasión de subir a la tribuna a Mr.
Lerminier. La juventud se encontraba indignada con la conducta de este
hombre, habiéndose mostrado en un principio partidario de la libertad y
apostatado más tarde defendiendo los gobiernos fuertes. Había excitación
contra él. Las salas de la Sorbona se encontraban llenas de gente. Sus amigos
y partidarios y sus enemigos. Bilbao entró al curso. Mira a Lerminier y
califica la mirada del hombre de mirada de un canalla. Lerminier comenzó a
hablar. Bilbao no puede contenerse y exclama a toda voz: ‘No hay derecho a la
palabra cuando se ha faltado a ella.’ Sucede un tumulto. La policía entra y
arresta a algunos estudiantes. Bilbao queda. Lerminier sigue usando de la
palabra y entra a hablar de la libertad. Bilbao le interrumpe, diciéndole:
‘¿cómo tenéis la audacia de atreveros a hablar de libertad, vos que la habéis
escarnecido?’ La policía le contesta por Lerminier llevándole preso. Se les
sigue proceso verbal y salen en libertad. Este fue el último acto de su vida
en París. Regresó a América con el alma henchida de esperanzas por el
porvenir de Chile y repleta de desilusiones respecto a la Francia y a la
Europa entera.» (Manuel Bilbao, pág. LXXI.) 1850,
empleado público en Santiago de Chile, la Sociedad de la Igualdad El 2 de
febrero de 1850, tras cien días de navegación y cinco años y medio después de
su partida, vuelve Francisco Bilbao a Chile, por el puerto de Valparaíso. A
su regreso a Santiago se incorpora a trabajar en la Oficina de Estadísticas,
y como oficial de la Guardia Nacional. Dos meses después de su regreso, junto
con su amigo Santiago Arcos (1822-1874), hijo del impulsor del primer banco
chileno, a quien conoce desde París, organizan el 10 de abril de 1850 la
Sociedad de la Igualdad, en la que es condición necesaria dar palabra de
profesar los siguientes principios: «Reconocer la independencia de la razón
como autoridad de autoridades. Profesar el principio de la soberanía del
pueblo como base de toda política, y el deber y el amor de la fraternidad
universal como vida moral.» Los miembros de esta sociedad se trataban entre
sí de ciudadanos, y sus socios crecieron lo suficiente como para comenzar a
preocupar de nuevo al clero. Al publicar Francisco Bilbao «Los boletines del
Espíritu», informes que ofrecía un alma de las emociones que recibía en cada
combate con los enemigos de la libertad, se incrementa la animadversión
clerical y el arzobispo le excomulga. «Desencadénase
la prensa, truena la voz en los púlpitos y el Arzobispo lanza la excomunión
contra el autor. Bilbao afronta al enemigo, la cuestión se empeña. ¿Qué hace
la Sociedad ante el anatema? Las creencias católicas imponían igual pena al
que hablase con el excomulgado. Los igualitarios se ríen de esa excomunión,
reciben al hereje con entusiasmo y todos quieren irse al infierno con él, si
era que podía haber infierno para la virtud. Volvía a repetirse el mismo
fenómeno que en 1844. La sociedad culta, la clase acomodada repudiaba a
Bilbao y el hombre del pueblo abatía sus preocupaciones para acordar la
fraternidad, el amor al perseguido: sacrificaba sus conciencias. ¿Qué mayor
heroísmo? Bilbao, el día de la excomunión va a visitar el Grupo Número 2 compuesto
de 600 personas, en circunstancias que funcionaba. Lo presidía un clérigo, el
abate Ortiz. Al entrar se levanta éste y da la mano a Bilbao. ¿Un clérigo
tomando la mano de un excomulgado? El grupo comprende esta unión y los
aclama. Ortiz es puesto en prisión por orden del Arzobispo. Más esto no es
todo. Al siguiente día, don Juan de Dios Silva convida a Bilbao a nombre de
la comunidad de San Agustín, que tenía deseos de conocerle. Algunos artesanos
lo acompañan. Al entrar, la comunidad sale en tumulto a recibirle, dando
vivas y abrazándolo. Había preparado un cuarto con banderas tricolores, un
dosel, flores, música y refresco. Bilbao les habló de religión, de sus
viajes. Aplaudieron. [XC] Uno de los padres, al estar Bilbao hablando del
Cristo le interrumpió y le dijo: ¡Es un grande hombre! (por el Cristo.) El
padre prior le colmó de felicitaciones a nombre de la comunidad. Salieron
todos a dejarle hasta la puerta. Pero el huracán bramaba por calles y plazas
y no sólo el clero le atacaba con furia desenfrenada, no sólo la prensa del
Gobierno, sino lo que era más notable El Progreso también, es decir, el
diario de la Sociedad ‘Reformista’.» (Manuel Bilbao, pág. LXXXIX-XC.) La
importancia que fue adquiriendo la Sociedad de la Igualdad hizo temer por la
propia vida de Francisco Bilbao: «En efecto,
si era verdad que no hubiera quien dirigiese la maniobra de un asesinato, no
por eso era menos cierto que la propaganda de odio que se hacía en los
diarios y en el púlpito dejaban de autorizar esa sospecha. Contribuyó a
afianzarla dos hechos: Luis Bilbao viajaba en esos días por Talca y
apercibidos del apellido, los eclesiásticos trataron de sublevar el fanatismo
reinante en ese pueblo. El viajero fue asaltado en su alojamiento por una
turba y graves dificultades tuvo para escapar. El segundo hecho era aún más
serio. El Gobierno, temeroso del vuelo que tomara la Sociedad de la Igualdad,
viendo que ésta no daba motivo para ser cerrada, que nada podía la prensa ni
el púlpito contra ella, proyectó un ataque atroz, del cual se proponía sacar
un brillante resultado. Disfrazó una compañía de granaderos, la armó de
gruesos garrotes y en la noche del 19 de Agosto, haciéndoles representar el
papel de rotos fanatizados y los lanzó a atacar la Sociedad. En efecto,
llegaron y entraron repartiendo garrote. Los socios resistieron y derrotaron
a los asaltantes con algunas desgracias que lamentar. Este atentado alarmó la
sociedad santiagueña, irritó los ánimos y produjo una reacción a favor de los
igualitarios. Fue entonces que los salones de la Sociedad no fueron
suficientes para dar lugar a la inmensa concurrencia que corrió a inscribirse
en ella. Diputados, reformistas, jóvenes hasta entonces indiferentes: Era una
falange que daba a la asociación un auge incalculable.» (Manuel Bilbao, «Vida
de Francisco Bilbao», pág. XCVI.) El 28 de
octubre de 1850 una sesión de la Sociedad en el teatro de la calle Duarte de
Santiago contó con 4.000 asistentes: «Allí terminó la última reunión general
de la Sociedad de la Igualdad. El 5 de noviembre, Santiago era puesto en
estado de sitio, prohibida ‘la Sociedad de la Igualdad, y cualquiera otra del
mismo carácter’ y se hacían a la vez numerosas prisiones.» 1851-1855,
fracasado el golpe militar huye a Lima y se establece en Perú Pronto
comenzó a prepararse una conspiración contra el gobierno del presidente
Manuel Bulnes y el candidato sucesor Manuel Montt Torres, el que sería
frustrado golpe militar del coronel Pedro Urriola Balbontín y del Batallón
Valdivia. Francisco Bilbao intervino en aquella intentona, comprometiéndose a
concurrir al frente de los igualitarios, entre cuyos cabecillas estaban
también Benjamín Vicuña Mackenna, José Miguel Carrera Fontecilla y Manuel
Recabarren Rencoret. Pero como aquella conspiración liberal de 20 de abril de
1851 fue un fracaso, Francisco Bilbao tuvo que esconderse para no ser
ajusticiado, y huir en cuanto pudo, embarcándose en Valparaíso para el
Callao. Lima se convirtió en punto de reunión de proscritos chilenos, y como
Bilbao comenzó pronto su activismo entre los peruanos, pronto se ganó la
antipatía del general don Rufino Echenique, que ordenó apresarle, por lo que
tuvo que asilarse en la legación francesa, donde permaneció hasta febrero de
1852. «Echenique
le hizo llamar y conferenció con él. ‘Soy enemigo del socialismo’, le dijo,
‘yo no permitiré que tales doctrinas se alberguen en el Perú. Soy el poder,
usted está en un país en que no es ciudadano, no puede ni debe mezclarse en
los asuntos de él. Si usted quiere permanecer aquí, gozar de hospitalidad,
debe darme su palabra de no mezclarse en la política. A esta condición
concedo a usted la libertad.’ –Acepto, le contestó Bilbao, pues mi posición
es excepcional. Entonces Echenique se manifestó interesado en la suerte del
proscrito y tentó el atraerlo a su devoción, haciéndole ofertas que fueron
rechazadas.» (Manuel Bilbao, pág. CXXXIII-CXXXIV.) En 1855, a
pesar de que los hermanos Bilbao (Francisco y Manuel) habían apoyado al
presidente Ramón Castilla, volvió a quebrarse la relativa tranquilidad de
Francisco Bilbao en el Perú: «Castilla
estaba animado de las mejores intenciones, y confiando en ministros jóvenes
que parecían ser la encarnación de la revolución, se dejó llevar de los
acontecimientos. En el interregno que hubo entre la dictadura y la
instalación de la convención, la prensa agitó todas las cuestiones que debían
ser debatidas al reunirse aquel cuerpo. Bilbao no faltó a este movimiento.
Entró de lleno al ataque del enemigo capital de la República, presentar el
dualismo entre la libertad y el catolicismo. El clero se alzó al sentir al
enemigo, encontró apoyo en el Ministro de Hacienda, D. Domingo Elías y
protección en los tribunales de justicia. El Fiscal D. Vicente Villarán acusó
a Bilbao. La Suprema Corte de Justicia, presidida por D. Francisco J.
Mariátegui que pasaba por liberal en ideas religiosas y era el general de la
masonería en Lima, abrió el proceso mandando a la cárcel de la inquisición a
Bilbao. Su hermano Manuel lo defendió y consiguió cortar el juicio. Habíase
alarmado el fanatismo y la vida era insoportable para el escritor reformista,
tanto más, desde que llegó a su noticia que se corría una [CXXXVIII]
suscripción entre las beatas con el fin de pagar hombres que le eliminasen de
la escena. Resolvió ir a Europa y partió con tal dirección a fines de junio.»
(Manuel Bilbao, «Vida de Francisco Bilbao», pág. CXXXVII-CXXXVIII.) 1855
segundo viaje europeo Este
segundo y último viaje a Europa duró desde 1855 a 1857. Tenía interés en
conocer la Francia Imperial de Napoleón III, sucesora del 1848 que había vivido,
y saludar a sus antiguos maestros, Edgardo Quinet y Julio Michelet (Lamennais
acababa de fallecer). Su primera impresión al desembarcar en Bolonia, tras
cruzar el paso de Calais, fue comprobar que por primera vez en ese viaje,
desde Lima, Guayaquil, Panamá, Cartagena, Southampton y Londres se le exigía
pasaporte: «Abolido en
Chile, en el Perú, en Nueva Granada, casi en toda la América, en Inglaterra,
se había familiarizado ya con esa libertad, y he aquí que al pisar la patria
de la gran revolución que proclamó todas las libertades, recibía ese
desengaño. Comprendió recién que penetraba en el Imperio.» «Desembarcando en
Bolonia; todos los pasajeros fueron conducidos como reos presuntos, entre dos
filas de soldados, desde el puente del vapor, atracado al muelle, hasta el
lugar de la inspección. Encerrados en un salón, preguntó Bilbao por la causa
de la demora forzada que se hacía sufrir a los pasajeros, y allí supo que era
porque se pasaba revista a todo el que arribaba, exigiéndosele y
revisándosele el pasaporte. (...) Felizmente al embarcarse en el Callao,
gracias a la previsión del Sr. Zevallos, el General Castilla le había dado
uno, que había olvidado visar en el consulado francés. Los pasajeros iban
desfilando. El análisis era minucioso, el momento se acercaba. Le llegó el
turno, y el oficial le dice: –Usted no puede entrar en Francia. –¿Por qué,
señor? –Porque no hay la firma del cónsul. Pase Vd. aquí al lado a esperar.»
(Manuel Bilbao, pág. CXLI.) «A medida
que penetraba en el estado político y literario de la Francia se convencía
cada día más que ésta había sido decapitada. Todo lo más ilustre, los hombres
que forman su gloria, en las ciencias, en la literatura, en la poesía, en la
filosofía, en el derecho, esos hombres que formaban una aureola de luz y de
fuego que iluminaba al mundo, estaban proscritos, desterrados, destituidos,
olvidados, anulados. Lamennais había muerto. Aragó lo mismo, sin prestar el
juramento al perjuro; Michelet destituido por la misma razón, Víctor Hugo en
Jersey condensando toda la indignación y todos los desprecios para arrojarle
al perjuro, y su grande amigo, Edgar Quinet, desterrado en Bruselas y con la
tranquilidad de un antiguo, señalando la estrella en medio de todas las
tempestades. Y la Francia sin aureola, muda, tímida, sobrecogida, no tanto
quizás por el espanto de los asesinatos y destierros, sino por la conciencia
de su complicidad moral, haciendo bajar el termómetro de la dignidad hasta
envilecerse a sí propia. La Europa en secreto aplaudiendo. Vilipendió la revolución,
y coronaba la inmoralidad que prostituye el sufragio. (...) Visitó el cuartel
latino, en otro tiempo mansión de toda inteligencia, elaboración de un
génesis soberbio, recinto de la juventud y de lo bello, donde antes Michelet
y Quinet extendían la atmósfera radiante y fecunda de la palabra más
universal y más heroica. El cuartel latino estaba mudo. (...) ‘Vine, dice, a
París como un viajero recorriendo ruinas: Aquí se leía antes enseñanza libre,
aquí ciencia, aquí juventud, aquí heroísmo, aquí virtud.’ Uno que otro
recibía sus desahogos y juntos se lamentaban. Esa ciudad le sofocaba. Un día
vio la bandera al frente de una legión inclinarse hasta el polvo delante del
hombre que la había escarnecido. No pudo resistir más. Todos los días
suspiraba por ver y hablar a Quinet –mas antes de salir de París quiso
visitar la tumba de Lamennais. Una cruz de madera marcaba aún el lugar que
ocupaba en la fosa de los pobres. Allí se arrodilló y se retiró conmovido a
rendir el último tributo que su amor le sugería. Publicó la obra que
conocemos: Lamennais o el dualismo de la civilización moderna. Enseguida
partió para Bruselas.» (Manuel Bilbao, pág. CXLIII-CXLIV.) Llegó a
Bruselas a la una de la tarde, e inmediatamente fue a casa de Quinet: «Fue una
sorpresa para él, pero no él para mí. Está fuerte, tranquilo, sus cabellos
han encanecido y sigue trabajando sin cesar. Todos los días nos vemos y todos
los días me siento a su mesa. Figuraos nuestras variadas conversaciones. Me
ha presentado a los desterrados, sus amigos profesores, diputados,
escritores, hombres todos de los bellos tiempos que soportan con dignidad y
esperanza su destierro. En ellos vive la moralidad ahuyentada de la Francia.
Reina entre ellos fraternidad de inteligencia, de corazón y de esperanza.
Aquí me he impuesto de lo que trabaja la numerosa proscripción de Bonaparte.
Pascal Duprat, antiguo representante del pueblo, ha organizado una revista
que [CXLV] sirve de órgano a la libertad del mundo. En ella escriben los
primeros hombres de Italia, de Hungría, de Polonia, de Bélgica, de Alemania.
Es la revista del porvenir. En ella se salda su cuenta al pasado, se unifican
las ideas, se dan a conocer las aspiraciones legítimas de los pueblos, se
sigue el movimiento científico y se despeja la incógnita futura que se
precipita sobre el mundo. (...) En fin, he vivido en la atmósfera de la
honradez, porque la causa de los Republicanos franceses se ha identificado
con el honor proscrito, he vivido en la atmósfera de los grandes espíritus y
de las grandes aspiraciones. En Bruselas he revivido, los proscritos me han
hecho volver a tener fe. Las noticias de América que ha dado nuestro
proscrito hermano, han regocijado a los proscritos de acá. Porque a pesar de
verme expulsado por la causa de la libertad, toda la América camina, cada año
es una conquista y lo que más los ha sorprendido es mi afirmación de que el
mundo Americano pertenece definitivamente a la República.» (De una carta
transcrita por Manuel Bilbao, pág. CXLIV-CXLV.) Perdida la
ingenuidad sobre la Francia y la Europa, decide Francisco Bilbao retornar a
América: «De aquí su
convicción íntima que la América, para llenar su misión de libertad
universal, tenía que principiar por emancipar su espíritu de la influencia
que nos enviaba la Europa con sus costumbres, ejemplos y educación. Animado
de esta idea, reunió a los americanos existentes en París y les invitó para
volver a América, cada uno a su patria, a hacer la propaganda de la necesidad
de un Congreso Federal de las Repúblicas, que estableciese, constituyese un
núcleo que contuviera la invasión de las monarquías, rompiera con las teorías
absolutistas y realizara la patria universal, la República. Al efecto les
leyó el discurso ad-hoc que corre en sus Obras Completas, discurso notable
que encontró eco en el Nuevo Mundo y que le mereció la aprobación entusiasta
de sus maestros.» (Manuel Bilbao, pág. CLIII.) En la
presentación de su Iniciativa de la América. Idea de un Congreso Federal de
las Repúblicas, dice Bilbao que ese texto fue leído el día 22 de junio de 1856
en París en presencia de treinta y tantos ciudadanos pertenecientes a casi
todas las Repúblicas del Sur. Utiliza ahí, y quizá por vez primera, los
conceptos de «América latina» («la raza Latino-Americana», «pero la América
vive, la América latina, sajona e indígena protesta», «tenemos que perpetuar
nuestra raza Americana y Latina») y de «Estados Des-Unidos» para referirse a
las Repúblicas hispanas. No hay que descartar que José María Torres Caicedo,
a quien algunos han atribuido la prioridad en el uso por escrito del término
América latina, en fechas posteriores al discurso de Bilbao, fuera uno de
quienes estuvieron presentes en aquella sesión. Y gracias a
que Manuel Bilbao, para corroborar la afirmación contenida en la cita
anterior, en el sentido de que la propuesta de Bilbao encontró la aprobación
entusiasta de sus maestros, transcribe en nota la carta que Edgar Quinet
escribía a su hermano el 8 de julio, podemos comprobar cómo en el filósofo
exilado entonces en Bélgica operaba de hecho la realidad de la dialéctica de
los imperios enfrentados entonces: Inglaterra, Francia, la estúpida España,
la joven Grecia bárbara que entiende son entonces los Estados Unidos...
frente al emergente proyecto de una América hispana unida. «El
discurso sobre el Congreso Americano es ciertamente una de las mejores cosas
que se hayan hecho en América. Habéis encontrado las palabras mas apropiadas
a tan grandiosa idea. A cada página se siente que una acción importante
nacerá de vuestras palabras. Hay acontecimientos en germen en vuestro
discurso, es el clamor de todo un continente. Dais una contestación terrible
a la agresión de los Estados Unidos; les arrojáis el guante; ellos no
olvidaran la barbarie demagógica. Es ciertamente útil mostrarles que no les
es permitido todo, y que los araucanos viven todavía; pero no olvidéis en
vuestra vida que el viejo mundo envidioso, crédulo, estéril, venenoso, os
escucha, y que no espera más que una ocasión para aprovecharse de vuestras
discordias. Es menester que la Inglaterra y la Francia acaben por aplastar a
los Estados Unidos, sin lo cual la libertad está salvada y con ella la
esperanza y el honor de la especie humana. Quizá el medio de contener la
ambición de los Estados Unidos será señalarlos a la Europa decrépita
aplazando sus rencores, pero pronta a caer sobre el nuevo mundo desde que lo
perciba dividido y armado contra sí mismo. Estad seguros unos y otros que el
ruido de libertad americana es intolerable a toda nuestra sociedad esclava;
ellos se reunirán desde que entrevean una probabilidad, todos, hasta la
estúpida España que esperan sacar su parte de esclavitud. Vigilad pues a los
Estados Unidos, pero no dejéis de vigilar también a los godos de Europa. Por
lo demás, si llega a estallar la guerra entre la América unida, y la Europa, yo
no tengo duda que vosotros seréis los vencedores. Los Estados Unidos se
asemejan hoy a la joven Grecia bárbara y naciente frente al viejo Oriente
sacerdotal y esclavo. Es la Grecia la que acabo por conquistar la tierra de
los Isis y de los Osires. Valor querido Araucano, combatid, luchad en
libertad mientras que nosotros aquí no podemos combatir y hablar más que con
nuestras cadenas» (Carta de Edgar Quinet a Francisco Bilbao, de 8 de julio de
1856, transcrita por Manuel Bilbao, pág. CLIII.) 1857 Buenos
Aires, periodismo y masonería Francisco
Bilbao visitó nuevamente toda la Italia y regresó a América, dirigiéndose a
Buenos Aires, adonde llega en abril de 1857, donde se reencuentra con su
madre, nacida bonaerense, a la que hacía siete años que no veía, desde que
allí se había establecido, proscritos de Chile su marido e hijos. En aquellos
momentos la Confederación Argentina estaba rota, formando Buenos Aires un
Estado independiente y el resto de las provincias otro Estado, presidido por
Urquiza. «Examina las
constituciones vigentes, la Provincial de 854 que establecía como culto
exclusivo el católico y la federal de 853 que autorizaba la tolerancia de
cultos. Penetrado de las ideas que se desprendían de semejantes hechos se
resuelve a entrar en campaña. Con tal objeto funda La Revista del Nuevo
Mundo. Fija por puntos de partida para la regeneración moral, la emancipación
de la razón, y para la política alza la bandera de la nacionalidad,
proclamando la unión de Buenos Aires al resto de la Confederación. Don Nicolás
Calvo ve en esa bandera la tabla de salvación para el partido federal y en el
acto se aferra de ella y la bate con toda la fuerza de sus brazos. De aquí en
nuevo giro en la polémica. Ya no se trata de disputar el puesto a los
Gobernadores, se trata tan sólo de unir la República. La lucha se enciende. A
los ataques del catolicismo, sublevase el fanatismo y se desata con [CLXI]
todo el furor que le es propio. A los ataques de la idea separatista todo el
partido unitario le sale al encuentro. Resiste a todas las invectivas, hace
frente a todo el desborde de los partidos y creencias, pero no sesga un
instante. Permanecer al frente de la Revista hasta Diciembre de ese año, y
pasa a continuar su rol en la redacción del diario El Orden, en donde queda
hasta agosto de 858. Se retira de él, porque el editor le prohíbe publicar un
artículo: ‘El conflicto religioso.’ Durante su permanencia al frente de este
diario, el General Urquiza ordenó a uno de sus agentes pasar a Bilbao 6.000
pesos de renta mensual, como protección al diario que sostenía ‘la bandera
que él representaba’. Bilbao no la admitió.» (Manuel Bilbao, pág. CLX-CLXI.) La Revista
del Nuevo Mundo, que escribió prácticamente por completo, pasa por ser
«cronológicamente, nuestra primera revista de filosofía» (Ricardo Rojas,
Historia de la literatura argentina. Ensayo filosófico sobre la cultura en el
Plata [1917-1922] Guillermo Kraft, Buenos Aires 1960, tomo 8, pág. 598). «Ocupado
así, desplegando una actividad que lo multiplicaba, recibió una invitación del
General Urquiza para tener una entrevista en San José. Observó que si no
tenía por objeto el llamado un punto de gran interés a resolver, no iría.
Urquiza insistió asegurándole que era de interés la entrevista. Bilbao acudió
a ella. Allí Urquiza le hizo ver que sus miras eran las de unir a la
República, que no tenía ambición personal, que participaba de sus ideas y que
a más de considerarle un sostenedor de la nacionalidad era su admirador. Le
hizo ver sus ideas para después: unificar la República haciendo entrar en la
Confederación de Buenos Aires. Bilbao se volvió a Buenos Aires creyendo que
Urquiza era el hombre de la situación y que se encontraba a la altura de la
misión que todo mandatario debía desempeñar en América. Poco más tarde volvió
a invitarle con motivo de las fiestas que tenían lugar a causa del arreglo de
las disidencias entre el Paraguay y los Estados Unidos, en cuyo asunto habría
intervenido [CLXII] Urquiza como mediador. Con tal motivo dejó a Buenos Aires
y se instaló en el Paraná. Llegaba el momento de la acción. Urquiza quería
tener a su lado una voz que le hiciera oír sus propósitos en las provincias.
Le encargó la redacción del diario El Nacional Argentino (Julio de 1859.)
Levantóse la bandera de la unidad nacional; se predicó la guerra contra la
separación de Buenos Aires y la guerra estalló. Urquiza al frente de los
contingentes de las provincias marcha a derrocar el ejército de Buenos Aires
mandado por el General Mitre. El 23 de octubre de ese año se encuentran en
‘Cepeda’. Urquiza triunfa y Mitre se refugia en Buenos Aires. Aquel llega a
las puertas de esta ciudad y la asedia. Celébrase el pacto de 11 de
noviembre, en que Buenos Aires se compromete a entrar en la Confederación
mediante la revisación de la Constitución de 1853. La unidad nacional
triunfa. A la noticia de la victoria de ‘Cepeda’, Bilbao es saludado por el
pueblo del Paraná. En esos momentos la salud de Bilbao se encontraba en muy
mal estado. Sus fuerzas flaqueaban y su vida se consideraba perdida.
Triunfante la bandera que había levantado al llegar de Europa regresó a
Buenos Aires, separándose de la política y contrayéndose a cuidar de su
salud. En tal situación vio pasar ante sus ojos los acontecimientos que
terminaron en Pavon, y desengañado de los hombres y de los partidos,
arrepentido de haber defendido al General Urquiza por el resultado que este
había dado con su política especial, se prometió a sí mismo no volver a tomar
parte en la política interna del país.» (Manuel Bilbao, págs. CLXI-CLXII.) Abandona la
política nacional, pero se entrega al activismo masónico, en pleno mesianismo
supranacional y global. Aunque quizá había ya tenido contactos con la
masonería en Francia, lo seguro es que se incorporó a la logia Unión La Plata
de Buenos Aires, que presidió entre 1860 y 1863. En la edición de obras de
Bilbao que preparó su hermano en 1866 figuran cuatro discursos masónicos,
tres de ellos inéditos (Discursos masónicos. Primero, Segundo, Tercero,
Cuarto) que tienen la virtud, al menos, de mostrar con claridad la ideología
de los de la logia, otros emancipadores más de la humanidad, tan pretenciosos
como candorosamente ingenuos y filosóficamente despistados. 1862 La
América en peligro «Postrado
por la enfermedad que lo agobiaba, condenado a una completa inacción por orden
de los médicos, llegó a su noticia que Santo Domingo había sido ocupado por
la España, y Méjico invadido por los franceses. Las monarquías atacando a las
Repúblicas hermanas. Estos graves atentados le pusieron fuera de sí. El
espíritu dominó al cuerpo, se sobrepuso a sus dolencias, a la debilidad
corporal y desatendiendo las prescripciones médicas corrió a ocupar su puesto
en la vida pública del Continente. Unido al hombre de acción y de corazón
magnánimo, su íntimo amigo, D. Juan Chassaing, invadió la prensa
periodística, promovió asociaciones que manifestasen que el pueblo argentino
tomaba por suya la causa de sus hermanos los agredidos. Organizáronse
manifestaciones con tal motivo, centros que dirigieran el espíritu público
hacia la solidaridad de causa con México, que recogiera subsidios para
auxiliarle. Su voz tronó con todo el fuego del americanismo; pero sin
resultados positivos, [CLXIV] desde que la opinión no despertaba del desvío a
que la condujera la prescindencia que se notaba en el Gobierno Nacional,
[CLXV] la falta de fe en los miembros de la Junta que se había organizado a
presencia de esa misma prescindencia, y del silencio que guardaba el Congreso
de la Confederación. [CLXVI] Desesperado con tan malos resultados no desmayó
y se contrajo entonces a combatir ese mal, despertar al país y la América
avisándoles del peligro que corrían, manifestarles el mal de que sufrían y el
remedio que debía aplicarse para salvar de la [CLXVII] situación presente y
afianzar para el porvenir la permanencia de la República. Con tal objeto dio
a luz el libro titulado La América en Peligro. [CLXVIII] Este libro hizo
reaparecer el ataque del clero católico, por medio de todos sus órganos. El
Sr. Obispo lo encabezó, lanzando una pastoral en que atacaba al autor, prohibía
la lectura del escrito, y pretendía refutar la idea primordial en que se
basaba –‘catolicismo y libertad se excluyen.’ Bilbao refutó esa pastoral,
hizo frente a sus adversarios, pero esta vez tuvo la gran satisfacción de ser
acompañado por toda la prensa de Buenos Aires, menos los periódicos
católicos. La buena causa se encontraba en su mayoría, y la derrota del clero
fue estrepitosa.» (Manuel Bilbao, págs. CLXIII-CLXVIII.) 1864 El
Evangelio Americano «En tales
agitaciones, la opinión pública fue sorprendida con la noticia de la
ocupación que la escuadra española había hecho en Abril de 1864 de las Islas
de Chincha pertenecientes al Perú, alegando para semejante atentado el
derecho de reivindicación, que la conquista les diera en tiempo de Pizarro.
Ante semejante ataque, todos vieron renacer los tiempos heroicos de la
epopeya de la independencia. ¡La conquista, atacando en el corazón de las
Repúblicas Americanas! Chassaing y Bilbao, ayudados de la prensa de todos los
partidos, levantaron un grito de indignación, clamando por la unión de las
naciones del Continente para responder al reto de la España, y sólo un diario
se opuso a que el pueblo siguiera sus instintos y sentimientos naturales –La
Nación Argentina, eco del Gobierno Nacional. De esta oposición surgió la
seria polémica en que Bilbao agotaba sus últimas fuerzas físicas, defendiendo
la necesidad de emanciparnos en cuerpo de la conquista que iniciaban las
monarquías, y en espíritu de las teorías que nos introducían. Asistió, es
esos días, arrastrándose y esqueletizado a los meetings del Retiro y de Colón
donde habló, haciendo esfuerzos sobre-humanos, y de donde regresó casi sin
aliento. Restablecido un momento y queriendo sucumbir primero en su puesto,
que atender a su salud, dio a luz su último trabajo, expresión de su alma
pura, y cual si fuera el testamento que legara a los racionalistas: El
Evangelio Americano. Al terminar las últimas páginas de este libro, la salud
le abandonó completamente y tuvo que retirarse de su vida pública, para no
volver a aparecer más en ella. El soldado daba su último aliento al pie del
cañón que proclamaba la regeneración de la humanidad.» (Manuel Bilbao, pág.
CLXVIII.) «Ha sido
una voz admitida que Bilbao contrajo en 1858 la enfermedad de que murió,
queriendo salvar a una joven que se ahogaba. En efecto, en esa fecha, Bilbao
paseaba en el muelle de Buenos Aires acompañado de un amigo y de la señora
esposa de este. Contemplaban en uno de sus descansos la bella perspectiva que
se presenta en aquel lugar, cuando la señora de su amigo desapareció del
muelle y se encontró en medio de las olas. Bilbao no reflexionó, se arrojó
como estaba y arrastró fuera a la que luchaba ya con los síntomas de ahogo.
El esfuerzo fue tremendo pero no le produjo consecuencias. Hiciéronse versiones
a este respecto, pero versiones calumniosas como aparece en el diario de sus
confesiones. ‘Jamás tuve el menor interés por la esposa de... dice, y siempre
me mantuve lejos de todo sentimiento que pudiera contrariar mi lealtad de
amigo.’ Poco antes de ir a residir en el Paraná, Bilbao arrojaba de cuando en
cuando algunos esputos de sangre; pero estando en el Paraná, una noche
‘sentí, dice, un dolor tan terrible al pulmón, cual si me traspasaran con una
espada’. Era pulmonía atroz. Desde entonces los ataques de vómitos de sangre
que le acabaron.» (Manuel Bilbao, pág. CLXXI.) Fallece su
padre: «Y hoy, yo, Francisco Bilbao, escribía, en la ciudad de Buenos Aires,
a 28 de agosto de 1862, a las once de la noche escribo esta fecha: a las 2½
de la arde murió nuestro Padre. ¡Es mi primera noche sin Padre, Dios mío!
¡Padre mío!. Día 29. Y fui yo el que escribió el día, del otro nacimiento de
mi papá. Mi primer día sin padre en la tierra. El cielo azul luminoso brilla
aquí ya hoy para mi papá. Pero tú, Dios mío, me dices que brilla para él,
otro día más espléndido. ¡Tú me ves, tú nos ves papá! Con los ojos del
espíritu te busco, y tú nos bendices. ¡Consuélanos papá! Y mi papá nos
consuela. Vives en el alma, padre amado.» (transcripción del diario de
Francisco Bilbao por Manuel Bilbao, pág. CLXXIII-CLXXIV.) En
diciembre de 1863 contrajo matrimonio con Pilar Guido Spano, hija del general
Tomás Guido (1788-1866), a la que conoció en las visitas que hacía en su casa
al ilustre militar que había participado en los sucesos de mayo de 1810 al
lado de José de San Martín y Manuel Belgrano. El 16 de septiembre de 1864
nació su hijo, al que llamaron, como cabía esperar, Lautaro [ya en 1797
Francisco de Miranda había fundado en Londres una Logia Lautaro, y José de
San Martín fundo en Buenos Aires, en 1812, otra Logia Lautaro, adoptando el
nombre del guerrero araucano como símbolo antiespañol]. Pero Lautarito Bilbao
Guido no vivió más que mes y medio, y su padre sólo le sobrevivió unas
semanas, pues falleció entre vómitos de sangre y tras larga enfermedad tísica
el 19 de febrero de 1865. Al día siguiente se condujo su cuerpo al cementerio
de la Recoleta, marchando el cortejo fúnebre a pie. El féretro iba cubierto
por la bandera de Chile, y fue depositado en un sepulcro cerrado con mármol
donde bajo la inscripción «De la familia de D. Rafael Bilbao» figuran las
palabras que el hijo dedicara a la memoria de su padre: «Pater amor
inmortalitas esto.» A la iglesia no se le permitió intervención alguna. 1866 Manuel
Bilbao publica las Obras completas Su hermano,
el abogado e historiador Manuel Bilbao (1827-1895), publicó en el mismo
Buenos Aires, al año siguiente de su muerte y en dos gruesos volúmenes, las
obras completas de Francisco Bilbao, anteponiéndoles una amplia y documentada
«Vida de Francisco Bilbao» (págs. V-CLXXXV, más un apéndice de necrológicas y
cartas de pésame, págs. CLXXXVII-CCXV), en la que utiliza ampliamente los
cuidadosos diarios y el epistolario privado familiar. En la siguiente
advertencia señala los límites de tales obras completas: «Advertencia
del editor. Las Obras completas de Francisco Bilbao las hemos formado de los
escritos más escogidos que dio á luz el autor y de los inéditos que nos legó.
Hemos dejado de incluir los escritos que publicó como redactor de varios diarios
por considerarlos propios solamente de las circunstancias en que se
imprimieron, como así mismo los que versan sobre polémicas que sostuvo, por
igual causa que la anterior. Al poner nuestra firma al frente de esta edición
hemos querido con ello imprimir a la publicación el sello de la autoridad que
nos da el carácter de hermano y de heredero de sus escritos y archivo
privado, y al propio tiempo asumir la responsabilidad de las obras de aquel
que ya dejó la tierra.» Se
reproducen, al principio de esta edición, las palabras con las que se anunció
el proyecto: «Palabras
con que se anunció la publicación de las Obras Completas. Vamos a hacer una
edición de las obras completas de Francisco Bilbao. Es el monumento que
levantamos a su memoria. Legar a la posteridad el espíritu del hombre que
consagro su vida a la emancipación moral, y material de los pueblos, es
hacerlo vivir entre los que lo amaron, satisfacer el voto ardiente de su
alma, y alimentar la inteligencia de los encargados de llevar á cabo la regeneración
de la humanidad. ¿Quién fue Francisco Bilbao? La generación actual
difícilmente puede satisfacer tal interrogación, porque su vida fue prodigada
en todos los países por donde paso, y sus escritos, jamás compilados,
quedaron dispersos por todos los lugares que habitó. Conocer esa vida y
reunir sus trabajos, es presentarle tal cual fue. La posteridad no olvidará
la moral religiosa, civil y social que animó AL PRIMERO Y ÚNICO que se haya
atrevido a ser el iniciador de la emancipación del hombre en América. Los
escritos de Bilbao no tuvieron por objeto alcanzar un resultado práctico en
la actualidad. Su espíritu fue obrar en el porvenir. Tantos estudios, tanta
abnegación, no fueron para desaparecer con la existencia material del
escritor. Hacer que esa vida pase a animar con su aliento eterno a los que
nos suceden, sembrar el germen de la revolución que debe obrarse en la
humanidad, hasta conquistar el reino de la soberanía de la razón en las leyes
civiles y religiosas, reino retardado, y combatido por hábitos viciosos y
creencias falsas, es nuestro deber, y tal el objeto que nos proponemos al
hacer esta edición.» Varios de
los escritos de Francisco Bilbao publicados en las Obras Completas estaban
inéditos, y en algunos casos su hermano hubo de ajustar los borradores para
que fueran publicables, como reconoce en nota a uno de ellos, Los Araucanos
(tomo 1, pág. 305): «Advertencia.
Este trabajo, como muchos de los inéditos, ha dado bastante quehacer para
poderlos presentar al público. El autor los dejó en borradores con el ánimo
de perfeccionarlos alguna vez. El editor se ha tomado la libertad de
organizados y llenar vacíos que se encontraban por el truncamiento de los
manuscritos. Así, los errores o faltas que se adviertan deben imputarse al
editor, tanto en el presente escrito como un los demás que sean inéditos.» 1998,
llevan a Chile sus restos y comienza un renacimiento de Francisco Bilbao Correos de
Chile, Homenaje a Francisco Bilbao, 29 octubre 1998Ciento treinta y cuatro
años después de su fallecimiento, el 27 de agosto de 1998, los restos de
Francisco Bilbao fueron trasladados desde el bonaerense cementerio de la
Recoleta hasta Chile, lo que, al margen de reivindicaciones nacionales
particularistas y oportunismos coyunturales, quería decir que el recuerdo de
Bilbao seguía vivo. Dos meses después, el 29 de octubre de 1998, los Correos
de Chile emitieron 50.000 sellos en homenaje a Francisco Bilbao, con un
matasellos especial de primer día de emisión a base de símbolos masónicos,
&c. Diez años después se puede advertir un notable incremento en la
presencia del personaje y de sus obras. El sitio
memoriachilena.cl (promovido por la Dirección de Bibliotecas, Archivos y
Museos de Chile) mantiene desde 2004 una sección dedicada a Francisco Bilbao,
y ofrece libremente varios facsímiles de sus obras. En 2006 inicia su
actividad un Centro de Estudios Francisco Bilbao –www.cefbilbao.cl–, como
capítulo de Chile del Congreso Bolivariano de los Pueblos, iniciativa
impulsada por bolivariana Venezuela del presidente Hugo Chávez. Desde 2007
Google Books ofrece digitalizadas por internet, de forma íntegra, libre y
gratuita, un par de colecciones de los dos tomos de la edición de las Obras
Completas de 1866 (por lo que no importa que falten algunas páginas en cada
tomo, por el ejecutivo pero eficaz proceso utilizado, pues se completan unos
ejemplares con los otros redundantes). En 2007 se
reeditaron en Chile, impresas en papel, las obras de Francisco Bilbao (a
partir de la edición de las Obras Completas dispuestas en 1866 por Manuel
Bilbao), merced al impulso de José Alberto Bravo de Goyeneche, impresas en
papel por la Editorial Cuarto Propio (el lunes 5 de mayo de 2008 tuvo lugar
la presentación de esta edición, Francisco Bilbao: el autor y la obra, en el
Aula Magna de la Facultad de Derecho de la Universidad de Chile) y de forma
simultánea en internet, desde el sitio franciscobilbao.cl, que ofrece de
forma libre los textos de tal edición, y tiene voluntad de convertirse en
referente bilbaino. (Aunque, como es natural, desempolvar textos de hace
siglo y medio supone reabrir heridas que no están cerradas, por mucho que se
mire para otro lado. Hoy ya no van a ser tan torpes, entre otras cosas porque
no tienen poder para hacerlo, como para excomulgar al hodierno editor de
Francisco Bilbao, quemar públicamente el libro o boicotear el sitio de
internet, pero no dejarán de intentar desprestigiar, emponzoñar y ensuciar
cuanto puedan. Como muestra un botón: el día anterior a la ceremonia de
presentación de la reedición, en la Universidad de Chile, una profesora de
Historia, al servicio de la Pontificia Universidad Católica de Chile y
vinculada al Centro Teológico Manuel Larraín, se encargó de tranquilizar a su
público (Ana María Stuven Vattier, «Francisco Bilbao, el gran ausente de sus obras
completas», El Mercurio, 4 de mayo de 2008) aplicando unos pellizquitos
monjiles (Bilbao «fue un irreverente», «no pudo elaborar propuestas
filosóficas coherentes», «quiso subvertir el orden social», «fue un romántico
empedernido hasta su muerte», «su obra no tiene valor filosófico»; la edición
tiene «carencias referenciales», «falta la prolijidad que correspondería a un
historiador», «es lamentable que los investigadores a cargo de este trabajo
no respondan a las expectativas que se tiene de las publicaciones que el
Consejo Nacional del Libro apoya», &c.) donde se entremezcla el prurito
gremial pedante del historiador con la obligación del creyente que además
trabaja en una institución católica.) Algunas
referencias ordenadas cronológicamente «Como filósofos
sobresalen Ramón Briceño, Alejandro Echeverría, Ventura Marín, Lorenzo Soto,
Miguel Varas y Barra y Francisco Bilbao. (...) Otro de los grandes filósofos
chilenos de este siglo es Francisco Bilbao, iniciador ilustre de la
revolución moral en Chile. Partidario ardoroso y decidido de la libertad de
conciencia, de los derechos individuales y de la emancipación económica de
los ciudadanos, publicó el año 1844, en el periódico El Crepúsculo, de
Santiago, su programa político y moral bajo el título de Sociabilidad
chilena. Este artículo hizo que se revolviesen contra pensador tan ilustre
todas las preocupaciones, todos los absurdos del pasado, y el fiscal D.
Máximo Mujicar persiguióle por sus doctrinas, teniendo que emigrar a Francia,
donde tomó una parte activísima en la revolución del 48. De regreso a su país
el año 49, Francisco Bilbao, unido a Santiago Arcos, Paulino del Barrio,
Manuel Recabarren y Pedro Urriola, fundó la sociedad de La Igualdad, para
instruir a las clases obreras en sus deberes sociales y políticos. Desde
entonces hasta su muerte, ocurrida en 19 de Febrero de 1865, la vida de este
ilustre filósofo socialista fué un batallar incesante por sus ideas de
regeneración y de progreso, y un continuo martirologio causado por las
enconadas persecuciones de los partidarios del privilegio que él con tan
certeros golpes siempre combatió.» (Rafael Delorme Salto, «Los progresos
científicos de Chile», La España Moderna, año VII, nº 82, octubre 1895, págs.
47-48.) Selección
bibliográfica de Francisco Bilbao Barquín: 1844
«Sociabilidad chilena», en El Crepúsculo. Periódico literario y científico,
nº 2, tomo 2, Santiago de Chile, 1º de junio de 1844, págs. 57-90. [facsímil
en memoriachilena.cl] 1852 Santa Rosa de Lima. Estudios sobre su vida,
Imprenta del Correo, Lima 1852. 2ª ed.: Imprenta y Litografía de Bernheim y
Boneo, Buenos Aires 1861, 192 págs. 1853 Revolución en Chile y los mensajes
del proscripto, Imprenta del Comercio, Lima 1853, 301 págs. [facsímil en
memoriachilena.cl] 1855 El gobierno de la libertad, Imprenta del Comercio,
Lima, febrero de 1855, XII+46 págs. 1856 Traducción nueva de los Evangelios.
Con notas y reflexiones al final de cada capítulo. Publicados en francés en
1846 por F. Lamennais y traducidos al español por Francisco Bilbao, Imprenta
del Pueblo de Pedro R. Rodríguez, Lima 1856, 4 folletos. [Traducción
realizada entre 1846 y 1847.] 1862 La América en peligro, Imprenta y
Litografía a vapor, Buenos Aires 1862, 111 págs. 2ª ed. «Dedicatoria: A los
señores Edgardo Quinet y Julio Michelet, ex-profesores del Colegio de
Francia. [...] Vuestro discípulo. Francisco Bilbao. Buenos Aires, Agosto 4 de
1862.» [facsímil en memoriachilena.cl] 1864 El evangelio americano, Sociedad
Tipográfica Bonaerense, Buenos Aires 1864, 173 págs. [facsímil en memoriachilena.cl]
1866 Obras completas de Francisco Bilbao. Edición hecha por Manuel Bilbao.
Imprenta de Buenos Aires 1866, 2 tomos (CCXV+443 y 552 páginas). Tomo 1.
V-CLXXXV: «Vida de Francisco Bilbao», por Manuel Bilbao. CLXXXVII-CCXV:
Apéndice (de necrológicas y cartas de pésame). 3-41: Sociabilidad Chilena
(Santiago de Chile, 10 de junio de 1844). 43-48: Acusacion Fiscal (17 de
junio de 1844). 49-69: Defensa del artículo Sociabilidad Chilena. 71-80:
Prefacio á los Evangelios (inédito, escrito en París 1846, no se publicó en
1856). 81-125: Lamennais como representante del dualismo de la civilizacion
moderna (dedicado a su padre, Rafael Bilbao). 127-136: Apéndice: J. C. Ulloa,
Lamennais, sus últimos momentos y su entierro (París, 4 de marzo de 1854).
137-168: La Ley de la Historia (inédito, discurso leido al abrir sus sesiones
el Liceo Argentino, Buenos Aires, noviembre 1858). 169-179: Movimiento social
de los pueblos de la America Meridional (publicado en francés en 1856, en
Bélgica y París). 181-194: El Presidente Obando, su traicion y su
enjuiciamiento (publicado en francés en 1856). 195-203: La Resurrección del
Evangelio (Lima 1853). 205-230: Boletines del Espíritu. 231-283: El Gobierno
de la Libertad (Lima, febrero 1855). 285-304: Iniciativa de la America, idea
de un Congreso Federal de las Repúblicas (leídas en París el 22 de junio de
1856). 305-350: Los Araucanos (inédito, París 1847). 351-443: Estudios sobre
la vida de Santa Rosa de Lima. Tomo 2. 7-26: Discursos masónicos: primero
(Buenos Aires, 15 noviembre 1860, publicado en francés) (7-13), segundo
(inédito) (15-18), tercero (inédito) (19-21), cuarto (inédito) (23-26).
27-29: Protesta contra el Oriente de Francia (1862, inédito). 31-64: La
Revolución Religiosa (Buenos Aires, febrero 1864, prólogo del traductor de la
Vida de Jesús de Ernesto Renan). 65-104: Estudios religiosos (inéditos): I.
La revelación (67-69), II. El Orden sobrenatural (70-72), III. El Milagro
(73-81), IV. La Omnipotencia de Dios (81-87), V. Objeciones a favor del
milagro (87-93), VI. Del objeto del milagro y de la fe en el revelador
(93-104). 105-122: Argumentación católica. El dogma de la Encarnación (el
Padre Ventura) (inédito). 123-142: El Ser y la reflexión. La Religión y la
Filosofía (inédito en francés). 143-169: De la comunicación del alma con el
cuerpo. El cuerpo, la sensación y la materia (5 noviembre 1863, inédito).
171-278: La América en Peligro: dedicatoria a Edgardo Quinet y Julio
Michelet, Buenos Aires, 4 agosto 1862 (173-174), Prólogo (175-177), Primera
parte (179-190), Segunda parte (191-247), Tercera parte (249-273), Apéndice
(275-278). 279-309: La Contra-Pastoral: Introducción (279-282), Pastoral del
obispo Escalada, 24 septiembre 1862 (283-286), Contra-Pastoral (287-309).
311-444: El Evangelio Americano: Dedicatoria, Buenos Aires septiembre 1864
(311), Idea del libro (313), Primera parte. La verdad-principio (315-335),
Segunda parte. La conquista (336-377), Tercera parte. La revolución
(379-444). 445-551: Artículos varios: El Mensaje del Proscripto, a la Nación
chilena (Guayaquil, julio de 1854) (445-460), A la juventud brasilera (Buenos
Aires, abril de 1863) (460-469), Аl Sr. Julio Rosquellas. Una
observación sobre su teoría del Destino (470-473), A los Sres. Angel F.
Costa, B. A. Jardin, Heráclio C. Fajardo (Buenos Aires, 1º marzo 1864)
(473-476), La Tragedia Divina, fragmento literario (476-481), Bibliografía.
Edgard Quinet (Buenos Aires, 1857) (481-487), Un ángel y un demonio (Buenos
Aires, 1857) (487-492), Ecce Homo, con motivo del suceso de Aspromonte, bajo
la impresión de creerse mortal la herida de Garibaldi (Buenos Aires, 1862)
(492-494), El Grande Aniversario. Jueves Santo (Paraná, abril de 1859)
(495-499), El 18 de Setiembre de 1854. La segunda campaña (Guayaquil, 1854)
(499-507), Un recuerdo del ideal, en el 25 de Mayo de 1857, aniversario de la
revolución argentina (507-516), 4 de Julio de 1776, independencia de los
Estados Unidos (Buenos Aires 1858) (516-524), Sobre la revelación del
porvenir, en homenaje al 18 de septiembre de 1810, aniversario de la Revolución
de Chile (Buenos Aires 1860) (524-531), 25 de Mayo de 1810 (1858) (531-536),
El conflicto religioso (abril 1861) (536-542), Eclipse de Sol, septiembre 7
de 1858, era cristiana (542-545), Emancipación del espíritu en América (1863)
(545-551). Fin del segundo y último tomo. 1894 Historia de Francisco Bilbao.
Su vida y sus obras, por Pedro Pablo Figueroa (1857-1909) (Estudio analítico
e ilustrativo de introducción a la edición completa de sus publicaciones en
forma de libros, de cartas y de artículos de periódicos), Imprenta Vicuña
Mackenna, Santiago de Chile 1894, vol. I, IX+317 págs., 1894; vol. II, XI+314
págs., 1894; vol. III, XIII+308 págs., 1898; vol. IV, IX+252 págs., 1898.
[facsímil parcial en memoriachilena.cl] 2004 Francisco Bilbao en el Perú. Escritos
Peruanos de Francisco Bilbao. Selección y prólogo [págs. 9-22] de David
Sobrevilla, Editorial Universitaria, Universidad de Chile 2004, 207 págs.
[Ofrece: La definición, Estudios sobre la vida de Santa Rosa de Lima, La
revolución de la honradez, La noticia de la victoria, El gobierno de la
libertad, Textos de la polémica sobre la tolerancia.] 2007 Francisco Bilbao:
el autor y la obra. Edición a cargo de José Alberto Bravo y preámbulo
metodológico de Miguel E. Orellana Benado, Editorial Cuarto Propio, Santiago
de Chile 2007, 764 págs. Sobre Francisco Bilbao Barquín: 1872
Zorobabel Rodríguez (1839-1901), Francisco Bilbao. Su vida i sus doctrinas,
El Independiente, Santiago de Chile 1872, XXII+213 págs. 1876 Rómulo Mandiola
(1848-1881), Francisco Bilbao i sus panejiristas. Precedido de una
introducción del señor presbítero don Crescente Errázuriz, Imprenta de El
Estandarte Católico, Santiago de Chile 1876, 2 vols. 1913 Armando Donoso
Novoa (1886-1946), Bilbao y su tiempo, Zig-Zag, Santiago de Chile 1913, 206
págs. 1940 Armando Donoso Novoa (1886-1946), El pensamiento vivo de Francisco
Bilbao, Editorial Nascimento, Santiago de Chile 1940, 206 págs. 1965 Elías
Ugarte Figueroa (1905-), Francisco Bilbao, agitador y blasfemo (ensayo
sociopolítico sobre un hombre y su época), Sociedad de Escritores de Chile,
Editorial Universitaria, Santiago de Chile 1965, 88 págs. 1971 Julio
Sepúlveda Rondanelli (1915-), Francisco Bilbao, Ediciones Boccanegra,
Santiago de Chile 1971, 272 págs. 1973 Alberto J. Varona (1921-2001), Francisco
Bilbao, Revolucionario de América: vida y pensamiento. Estudio de sus ensayos
y trabajos periodísticos, Ediciones Excelsior, Buenos Aires 1973, 457 págs.
1990 Sergio Gamonal Contreras, El pensamiento de Francisco Bilbao, 130 hojas.
Tesis de licenciatura, dirigida por Enrique Serra Heise, defendida en la
Universidad de Chile. 1991 Miguel Rojas Mix, «Bilbao y el hallazgo de América
Latina», en Los cien nombres de América. Eso que descubrió Colón, Colección
Identidad Cultural, Editorial de la Universidad de Costa Rica 1991, págs.
343-356 (libro publicado previamente por Editorial Lumen, Barcelona 1991, 414
págs). 1995 Ricardo López Muñoz, La salvación de la América: Francisco Bilbao
y la intervención francesa en México, Centro de Investigación Científica,
México DF 1995, 187 págs. 2003 Clara Alicia Jalif de Bertranou, Francisco
Bilbao y la experiencia libertaria en América. La propuesta de una filosofía
americana, Universidad Nacional de Cuyo, Mendoza 2003, 326 págs. Textos de
Francisco Bilbao Barquín en el Proyecto Filosofía en español: 1856
Iniciativa de la América. Idea de un Congreso Federal de las Repúblicas 1860
Discursos masónicos. Primero · Segundo · Tercero · Cuarto Muerte
Causa:
afecciones pulmonares |
Fuentes:
- persona, nacimiento,
entierro: http://www.filosofia.org/ave/001/a299.htm
- casamiento, muerte:
Francisco Bilbao: "El evangelio americano" P.316
22 (Pedro Josef Bentura Guido y Aois 1791-1845)
Fuentes:
- bautismo: "Argentina,
Capital Federal, registros parroquiales, 1737-1977," index and images,
FamilySearch (https://familysearch.org/pal:/MM9.1.1/XNQF-GFS :
accessed 08 Mar 2014), Pedro Guido in entry for Pedro Josef Bentura Guido Y
Aois, 1791.
- casamiento, muerte: Centro
de Genealogía de Entre Ríos. Revista, Número 1 P.30
22-1 (Maria Cypriana Irigoyen y Segurola 1806)
Fuentes:
- bautismo: "Argentina,
Capital Federal, registros parroquiales, 1737-1977," index and images, FamilySearch
(https://familysearch.org/pal:/MM9.1.1/XN3X-J6L :
accessed 08 Mar 2014), Maria Cypriana Irigoyen Y Segurola, 1806.
- casamiento: Centro de
Genealogía de Entre Ríos. Revista, Número 1 P.30
23 (Santiago Josef Bentura Gido Aoiz 1793)
Fuentes:
- bautismo: "Argentina,
Capital Federal, registros parroquiales, 1737-1977," index and images,
FamilySearch (https://familysearch.org/pal:/MM9.1.1/XNQF-P5Q :
accessed 03 Mar 2014), Santiago Josef Bentura Gido Aoiz, 1793.
24 (Josefa Gregoria Nicolasa Bentura de la Santissima Guido Aoir 1794)
Fuentes:
- bautismo: "Argentina,
Capital Federal, registros parroquiales, 1737-1977," index and images,
FamilySearch (https://familysearch.org/pal:/MM9.1.1/XNQF-YMH :
accessed 08 Mar 2014), Pedro Guido in entry for Josefa Gregoria Nicolasa
Bentura de la ...Tissima Guido, 1794.
25 (Rufino Luiz Bentura Guido Aoiz 1796-1880)
Rufino
Guido (n. Buenos Aires, 1796 – † íd., 1880), militar argentino, que participó
en la Guerra de Independencia de su país. Biografía Era hermano
menor del después general Tomás Guido. En 1813 ingresó en el Regimiento de
Granaderos a Caballo creado por José de San Martín, y participó en el sitio
de Montevideo. Al año siguiente estuvo destacado con un batallón de su
regimiento que luchó en el Alto Perú, y peleó en el combate del Tejar: fue
tomado prisionero, pero pocos días más tarde se libró y capturó a sus propios
carceleros. Luchó en la batalla de Sipe Sipe. En 1816 pasó al Ejército de los
Andes e hizo la campaña de Chile, luchando en Chacabuco, Cancha Rayada y
Maipú. Llegó al Perú con el grado de teniente coronel, y fue el jefe en la
primera victoria sobre los realistas en Perú, en el combate de Palpa, cerca
de Ica. Fue el segundo jefe de las fuerzas patriotas en la batalla de Cerro
de Pasco. Tuvo un papel importante en la toma de Lima y en la defensa de la
misma en 1822. Fue ascendido al grado de coronel y ocupó cargos militares y
civiles en la capital; más tarde fue nombrado ayudante personal de San
Martín. Lo acompañó en el viaje a Guayaquil, pero no presenció la parte
decisiva de la entrevista con Simón Bolívar, que fue a solas. Cuando los
realistas recuperaron Lima, fue el más destacado en el sitio de esa ciudad,
aunque su sitio se limitó a evitar que los españoles pudieran aprovisionarse
de alimentos, ya que los atacó en cada salida. Permaneció por muchos años en
Perú, donde continuó su carrera militar y ascendió hasta el grado de general.
Regresando en 1855 a Buenos Aires; por su hermano Tomás se unió al partido
federal, abandonando toda actividad pública después de la batalla de Pavón.
Fue ascendido al grado de general por el presidente Sarmiento, pero no volvió
a tener mando de tropas. Falleció en Buenos Aires en 1880. Bautismo
La
madre figura como Juana Trotis |
Fuentes:
- persona, muerte: http://es.wikipedia.org/wiki/Rufino_Guido
- nacimiento: Ricardo
Mariátegui Oliva: "José Gil de Castro ("el mulato Gil"): vida y
obra del gran pintor peruano de los libertadores : obras existentes en
Argentina y Chile" P.147
- bautismo: "Argentina,
Capital Federal, registros parroquiales, 1737-1977," index and images,
FamilySearch (https://familysearch.org/pal:/MM9.1.1/XNQN-9ZV :
accessed 08 Mar 2014), Rufino Luiz Bentura Guido, 1796.
- casamiento: Argentina.
Ministerio de Guerra y Marina: "Memoria del Departemento de Guerra
presentada al Honorable Congreso por el Ministro de Guerra y Marina" P.34
25-1 (Ursula B. )
Fuentes:
- casamiento: Argentina.
Ministerio de Guerra y Marina: "Memoria del Departemento de Guerra
presentada al Honorable Congreso por el Ministro de Guerra y Marina" P.34
26 (Maria Gregoria Josefa Ventura del Corazon de Jesus Guido Aoiz 1798)
Fuentes:
- bautismo: "Argentina,
Capital Federal, registros parroquiales, 1737-1977," index and images,
FamilySearch (https://familysearch.org/pal:/MM9.1.1/XNQN-45Z :
accessed 03 Mar 2014), Juana Aois in entry for María Gregoria Josefa Ventura
del Corazon de Jesus Guido, 1798.
27 (Gregoria Luis Josefa Bentura Guido Aois 1800)
Fuentes:
- bautismo: "Argentina,
Capital Federal, registros parroquiales, 1737-1977," index and images,
FamilySearch (https://familysearch.org/pal:/MM9.1.1/XNQN-6JC :
accessed 08 Mar 2014), Gregoria Luis Josefa Bentura Guido Aois, 1800.
28 (Faustino Pedro Jose Ventura Guido Aoiz 1803)
Fuentes:
- bautismo: "Argentina,
Capital Federal, registros parroquiales, 1737-1977," index and images,
FamilySearch (https://familysearch.org/pal:/MM9.1.1/XN3F-Z2S :
accessed 03 Mar 2014), Faustino Pedro José. Ventura Guido Aoiz, 1803.
29 (Michaela Josefa Ventura Guido Aoiz 1805)
Fuentes:
- bautismo: "Argentina,
Capital Federal, registros parroquiales, 1737-1977," index and images,
FamilySearch (https://familysearch.org/pal:/MM9.1.1/XN3X-D8K :
accessed 03 Mar 2014), Juana Aois in entry for Michaela Josefa Ventura Guido Y
Aois, 1805.
30 (Maria Justina Josefa Ventura Guido y Aoya 1807)
Fuentes:
- bautismo: "Argentina,
Capital Federal, registros parroquiales, 1737-1977," index and images,
FamilySearch (https://familysearch.org/pal:/MM9.1.1/XN3X-LHC :
accessed 08 Mar 2014), Pedro Guido in entry for Maria Justina Josefa Ventura
Guido Y Aoya, 1807.
- casamiento: Luis Varela y
Orbegoso: "Apuntes para la historia de la sociedad colonial"
Volúmenes 1-2 P.114
30-1 (Luciano de la Isla Gainza )
Fuentes:
- casamiento: Luis Varela y
Orbegoso: "Apuntes para la historia de la sociedad colonial"
Volúmenes 1-2 P.114
33 (Buenaventura Mariano Agapito Aoiz y Martinez 1776)
Bautismo
Carlos
Calvo: "Nobiliario del antiguo virreynato del Río de la Plata" P.54
lo pone bautizado el 23 |
Fuentes:
- bautismo: "Argentina,
Capital Federal, registros parroquiales, 1737-1977," index and images,
FamilySearch (https://familysearch.org/pal:/MM9.1.1/XN36-GXY :
accessed 03 Mar 2014), Buenaventura Mariano Agapito Aoyz Y Martinez, 1776.
34 (Maria Josefa de Aoiz Martinez de Arce )
Fuentes:
- nacimiento, casamiento 1:
Estudios genealógicos, heráldicos y nobilarios en honor de Vicente de Cadenas y
Vicent con motivo del XXV aniversario de la Revista Hidalguía, Volúmenes 1-2.
P.369
- casamiento 2: Carlos
Calvo: "Nobiliario del antiguo virreynato del Río de la Plata" P.54
34-1 (Jose Garcia Martinez y Sanchez Contreras )
Fuentes:
- nacimiento, casamiento 1,
casamiento 2: Estudios genealógicos, heráldicos y nobilarios en honor de
Vicente de Cadenas y Vicent con motivo del XXV aniversario de la Revista
Hidalguía, Volúmenes 1-2. P.369
34-2 (Jose Miguel Rosende y Bustamante )
Fuentes:
- casamiento: Carlos Calvo:
"Nobiliario del antiguo virreynato del Río de la Plata" P.54
35 (Tomasa Bentura Aoyz Martinez 1771)
Fuentes:
- bautismo: "Argentina,
Capital Federal, registros parroquiales, 1737-1977," index and images,
FamilySearch (https://familysearch.org/pal:/MM9.1.1/XN3D-GZ7 :
accessed 26 Feb 2014), Tomas Pablo Aoiz Y Larrazabal in entry for Tomasa
Bentura Aoyz, 1771.
36 (Maria Aniceta de Aoiz Martinez de Arce )
Hermanos
Terciarios de Santo Domingo en Buenos Aires (1600-1820) Aoíz y
Martínez de Arce, María Lugar de Origen: BA Fecha: 1802 |
Fuentes:
- persona:
www.er-saguier.org/obras/gta/Tomo-II/...I/Cap.../00-TERCI-domin.pdf
38 (Fermin Franciscoo Xavier Thomas Aois Larrazabal 1739)
Fermín
Javier de Aoiz fue un funcionario del Virreinato del Río de la Plata que se
desempeñó como Ministro de las Reales Cajas de Potosí y del Tribunal de Cuentas
de Buenos Aires. Biografía Fermín
Francisco Javier de Aoiz nació en Buenos Aires en 1739, hijo de Pablo de Aoiz
y de la Torre, natural de Tafalla, Navarra, general de los Reales Ejércitos,
Regidor y próspero comerciante de la ciudad, y de Tomasa Larrazábal y
Avellaneda1 Casó el 29 de septiembre de 1768 con su prima María Rafaela de la
Moneda, nacida en 1748 e hija de Rafael De La Moneda y Maria Josepha de
Igarzabal. Tras la muerte de su padre fue acusado públicamente de falsario
por su madre, a quien había prestado dinero contra la firma de pagarés. En
1774 nació en Calera de las Vacas (Uruguay), Juan Fermín Rafael de San
Martín, tercer hijo de Juan de San Martín y hermano del Libertador José de
San Martín. Fermín Aoiz y su esposa fueron elegidos como padrinos, siendo
representados por Pedro Arévalo y Juana Carador y Arpide. En 1779 fue alcalde
de 2 voto y defensor de pobres del cabildo de Buenos Aires y en el mismo año
pasó a desempeñarse como alguacil mayor de las Reales Cajas de Potosí. En
marzo de 1781 había ascendido a Contador Mayor de dichas Reales Cajas, pero
ese año debió regresar a Buenos Aires. Su esposa había permanecido en la
ciudad y presentaba signos de enfermedad mental. En 1782 el Protomedicato de
Buenos Aires le diagnosticó un cuadro de "manía alternada con
melancolía" y encontró como causa principal la ausencia de su marido:
"Certificamos que a poco de haber hecho ausencia de esta ciudad, en el
año 1779, don Fermín de Noir (sic), oficial real de la Villa de Potosí,
fuimos llamados juntos por doña Maria Rafaela de la Moneda, su esposa, a lo
que hallamos con los pulsos tardos y pequeños, respiración algo anhelosa, el
semblante alterado, quejándose de una pervigilia continua, inapetencia y
eritemas, opresión en los precordios y un terror pánico errático(...)
degenerando en una melancolía confirmada, y de ésta, en manía, unas veces
demens, y con más frecuencia, furens. Hechos cargos en la continua asistencia
de la enferma (...) todo su delirio y perturbación eran acordarse de su
marido, ya como presente, ya como ausente, ya muerto, y que lo mataban a su
vista; juzgamos y asentamos unánimes, prescindiendo de las causas
predisponentes, que la excitante de su enfermedad dimanó de la ausencia de su
marido y sin que para su curación fuese de algún alivio su venida el año
pasado de 1781".2 En junio de 1793 estaba en Potosí Por decreto del 28
de enero de 1794 fue nombrado ministro honorario del Tribunal de Cuentas de
Buenos Aires y hacia 1797 era Ministro de las Reales Cajas de Potosí. El 20
de agosto de 1807 falleció su esposa. Fue propietario de una chacra de media
legua de frente sobre el Riachuelo por una legua y media de fondo que heredó
de su padre quien la había adquirido en 1765 a Juan Zamora, tierras que
corresponden a la parte principal del actual partido de Lanús y que fueron
fraccionadas y vendidas alrededor del año 1820 por sus herederos. También
tenía cruzando el Riachuelo una fracción en la futura Barracas del Sur y
actual partido de Avellaneda, que fue adquirida por Francisco Mariano de Orma.
Junto con las tierras que adquirió a Victorio García de Zúñiga constituían
una famosa quinta donde solían reunirse clandestinamente los patriotas:
"Una sociedad secreta elegida por los mismos patriotas era el foco
invisible de ese movimiento (...)reuníase unas veces en la fábrica de Vieytes
o en la quinta de Orma; pero más frecuentemente en la de Rodríguez Peña, que
era el nervio de esta asociación".3 Uno de sus hermanos, Tomás Pablo,
tras desempeñarse como Corregidor en Chile y formar allí familia se trasladó
a Buenos Aires donde vivió enfermo y pobre mantenido por Fermín Javier. Su
hermana Petronila Nolasca casó con el mariscal José Ignacio de la Quintana y
Riglos, y fue abuela de Remedios de Escalada de la Quintana, esposa del
general José de San Martín. Una de sus tías, Juana María de Larrazábal y
Avellaneda casó con Gregorio de Otárola Esteybar y fueron padres de José
Antonio de Otárola Larrazábal quien casó con Josefa del Ribero Cossio, siendo
a su vez padres de Saturnina Bárbara Otálora y del Ribero, esposa de Cornelio
Saavedra, y de María Bárbara Martina de Otálora y Ribero, quien se
convertiría en su segunda esposa. Así: "Nieto y bisnieto de capitanes,
Cornelio Saavedra se casó en segundas nupcias con la hija del teniente
coronel José Antonio Otálora (primer regidor en 1780) y accedió a la
condición de cuñado del contador de las reales cajas de Potosí, Fermín de
Aoiz, hermano a su vez del teniente de ejército Tomás Pablo de Aoiz (regidor
en 1779)".4 |
Fuentes:
- persona: http://es.wikipedia.org/wiki/Ferm%C3%ADn_Javier_de_Aoiz
- casamiento 1, casamiento
2: Carlos Calvo: "Nobiliario del antiguo virreynato del Río de la
Plata" P.54
38-1 (Maria Raphaela Nicencia Moneda Igarzabal 1750-1807)
Bautismo
http://es.wikipedia.org/wiki/Ferm%C3%ADn_Javier_de_Aoiz la da como nacida en 1748 |
Fuentes:
- bautismo: "Argentina,
Capital Federal, registros parroquiales, 1737-1977," index and images,
FamilySearch (https://familysearch.org/pal:/MM9.1.1/XN38-5RH :
accessed 03 Mar 2014), Maria Raphaela Nicencia Moneda Igarzabal, 1750.
- casamiento: Carlos Calvo:
"Nobiliario del antiguo virreynato del Río de la Plata" P.54
- muerte: http://es.wikipedia.org/wiki/Ferm%C3%ADn_Javier_de_Aoiz
38-2 (Maria Barbara Martina de Otalora y Ribero 1765)
Fuentes:
- casamiento: Carlos Calvo:
"Nobiliario del antiguo virreynato del Río de la Plata" P.54
39 (Petrona Josepha Martina de Aoiz y Larrazabal 1746)
También
figura como Petrona Nolasca (misma o hermana?) Bautismo
Padre
figura como Pascual Aoiz |
Fuentes:
- bautismo: "Argentina,
Capital Federal, registros parroquiales, 1737-1977," index and images,
FamilySearch (https://familysearch.org/pal:/MM9.1.1/XN38-JZ1 :
accessed 08 Mar 2014), Pascual Aoiz in entry for Petrona Josepha Martina de
Aoiz Y Larrazabal, 1746.
- casamiento: Fundación
Vasco-Argentina Juan de Garay: "Los vascos en América: Los vascos en
Buenos Aires, 1713-1810 : ciudad y campaña" P.133
39-1 (José Ignacio de la Quintana y Riglos 1736)
"militar
de larga carrera, que había sido oficial en el tiempo de la Guerra
Guaranítica de 1754. Más tarde había luchado con el virrey Pedro de Ceballos
en la conquista de Santa Catarina, en las luchas contra los indígenas a
órdenes del coronel Viana (padre) y en la reconquista de Colonia del
Sacramento. Era el jefe de los ejércitos de Buenos Aires cuando se produjo la
primera invasión inglesa, y su actuación fue muy criticada." |
Fuentes:
- persona: http://es.wikipedia.org/wiki/Hilari%C3%B3n_de_la_Quintana
- casamiento: Fundación
Vasco-Argentina Juan de Garay: "Los vascos en América: Los vascos en Buenos
Aires, 1713-1810 : ciudad y campaña" P.133
40 (Tomasa de la Quintana Aoiz ca 1766-1841)
Tomasa
Francisca de la Quintana y Aoix (Buenos Aires, c. 1766 - ib., 1841) fue una
patriota argentina que actuó en la sociedad porteña al servicio de la
revolución de Mayo y en los primeros años del movimiento emancipador. Es
considerada una de las Patricias Argentinas. |
Fuentes:
- persona, nacimiento,
muerte: http://es.wikipedia.org/wiki/Tomasa_de_la_Quintana
- casamiento: Florencia
Grosso: "Remedios de Escalada de San Martín: su vida y su tiempo"
P.34
40-1 (Antonio José de Escalada 1752-1821)
Antonio
José de Escalada (Buenos Aires, 1752 - íd, 16 de noviembre de 1821)2 fue un
patriota argentino, suegro de José de San Martín. Biografía Antonio
José de Escalada y Sarria nació en Buenos Aires. Fue hijo del español Manuel
de Escalada y Bustillo de Ceballos, el más acaudalado comerciante de la
ciudad, y de Luisa de Sarria y Leal de la Plaza, nativa de Concepción, Chile.
Tanto él como su hermano Francisco Antonio eran hijos naturales de Luisa de
Sarria y Leal de la Plaza legitimados como de Manuel de Escalada y Bustillo
de Ceballos por el Rey Carlos III de España en 1772, tal como Francisco
Antonio expone en el pedido de Real Provisión de Hidalguía presentado en la
Cancillería de Valladolid, como el mismo Manuel confirma en su testamento
donde afirma que "Francisco Antonio y Antonio Joseph mis hijos naturales
los tuve de soltero en la expresada doña Luisa de Sarria", y Luisa de
Sarria en el suyo, en el que establece como sus herederos a sus:"hijos
naturales, havidos de barón que no tuvo embarazo, impediente ni dirimente,
para haverse casado conmigo, nombrados Francisco Antonio de edad de doze
años, y Antonio Joseph de diez, los cuales se mantienen y se han mantenido en
mi compañía".3 Tras la muerte de su madre, el 13 de febrero de 1762, el
padre los llevó a su casa para darles los primeros estudios, los que ellos no
quisieron proseguir. En 1774 su padre dictó testamento y les dejó a los
hermanos un tercio de su fortuna, dejando el resto a sus hermanos Fernando,
afincado en España, y Miguel, quien vivía en Nueva España (México). Tras la
muerte de su padre, Antonio José viajó a España, con poderes otorgados por
Francisco Antonio, a fin de disponer con su tío Fernando de Escalada el
destino de los bienes paternos en Castañeda. En 1776 Antonio José de Escalada
regresó al Río de la Plata en la fragata Santa Rosalía. Luego de enviudar el
13 de junio de 1784, el 14 de junio de 17884 casó en la ciudad de Buenos
Aires con la patricia Tomasa de la Quintana, hermana del después general
Hilarión de la Quintana, lo cual lo relacionó con otros dirigentes militares
de la causa independentista, a quienes protegió.5 Fue miembro del Consulado
de Comercio de Buenos Aires e hizo una rápida carrera política: antes de 1810
había sido regidor y alcalde de primer voto del Cabildo de Buenos Aires. Se
casó con Petrona Salcedo, sobrina del virrey Juan José de Vértiz y Salcedo.6
Participó activamente en la Revolución de Mayo, y durante el cabildo abierto
del 22 de mayo de 1810 se pronunció por la independencia del Virreinato del
Río de la Plata. Fue miembro de la Real Audiencia de Buenos Aires, período en
que se enfrentó al presidente de la Primera Junta, Cornelio Saavedra, que
terminó por desterrarlo en la frontera. A su regreso fue tesorero de la
ciudad de Buenos Aires.6 Desde comienzos de 1812 recibió al entonces coronel
José San Martín en su casa, que éste utilizaba como centro de actividades
sociales en apoyo de la creación del Regimiento de Granaderos a Caballo. En su
casa se organizaban tertulias para reunir fondos de donaciones voluntarias, y
allí se fijó el lugar oficial de recaudación de fondos para su financiación.
A fines de ese mismo año, después de haber incorporado a sus hijos Manuel y
Mariano a los Granaderos a Caballo como oficiales, San Martín contrajo
matrimonio con su hija Remedios.7 A fines de 1815 fue presidente de la Junta
de Observación, encargada de negociar con los federales de Santa Fe y Entre
Ríos. Si bien no tuvo éxito en su cometido, era un cuerpo representativo de
un grupo político poderoso, lo que le permitió ocupar interinamente el cargo
de Director supremo de las Provincias Unidas del Río de la Plata durante el
período que medió entre la renuncia de Antonio González Balcarce y la llegada
a Buenos Aires de Juan Martín de Pueyrredón.8 En 1820 fue diputado de la
Junta de Representantes de Buenos Aires y fue uno de los electores de Manuel
de Sarratea para el cargo de Gobernador de la Provincia de Buenos Aires.
Aprobó el Tratado del Pilar que había firmado Sarratea con los caudillos
federales. Fue reelecto repetidamente para ese cargo, y fue uno de los
promotores de la candidatura del general Martín Rodríguez al cargo de
gobernador.7 Era presidente de la Junta de Representantes cuando murió de cáncer,
en noviembre de 1821.6 Fue sepultado en el curato de la Catedral de Buenos
Aires.9 |
Fuentes:
- persona, nacimiento,
muerte: http://es.wikipedia.org/wiki/Antonio_Jos%C3%A9_de_Escalada
- casamiento 1, casamiento
2: Florencia Grosso: "Remedios de Escalada de San Martín: su vida y su
tiempo" P.34
77 (Fermina Josepha Vitala de la Quintana Dias 1767)
Fuentes:
- bautismo: Número de
microfilm de FamilySearch 1102293
78 (Francisco Bruno Dionicio de la Quintana Aoiz 1769-1841)
Fuentes:
- nacimiento, casamiento,
familia, muerte: Centro de Estudios Genealógicos e Históricos de Rosario.
Boletín Nº1. P.31
- bautismo: "Argentina,
Capital Federal, registros parroquiales, 1737-1977," index and images,
FamilySearch (https://familysearch.org/pal:/MM9.1.1/XN3D-26V :
accessed 03 Mar 2014), Franciscoo Bruno Dionicio de la Quintana, 1769.
78-1 (Micaela de Uzin )
Fuentes:
- casamiento, familia:
Centro de Estudios Genealógicos e Históricos de Rosario. Boletín Nº1. P.31
89 (Rosa Ramona de la Quintana 1770)
Fuentes:
- bautismo: Número de
microfilm de FamilySearch 1102293
90 (Martin Joseph Bartholome de la Quintana de Aois 1772)
Fuentes:
- bautismo: Número de
microfilm de FamilySearch 1102293
91 (Hilarion Jose de la Quintana Aoiz 1774-1843)
Hilarión de
la Quintana (1774, Maldonado, Gobernación del Río de la Plata – Buenos Aires,
Argentina, 1843) fue un militar rioplatense, participante en las Guerra de
Independencia de la Argentina, del Uruguay y de Chile. Su padre Era hijo de
José Ignacio de la Quintana, un militar de larga carrera, que había sido
oficial en el tiempo de la Guerra Guaranítica de 1754. Más tarde había
luchado con el virrey Pedro de Ceballos en la conquista de Santa Catarina, en
las luchas contra los indígenas a órdenes del coronel Viana (padre) y en la
reconquista de Colonia del Sacramento. Era el jefe de los ejércitos de Buenos
Aires cuando se produjo la primera invasión inglesa, y su actuación fue muy
criticada. También era tío de María de los Remedios de Escalada, la esposa
del general José de San Martín. Las
invasiones inglesas Se inició
como cadete del regimiento de Dragones de Buenos Aires y prestó servicios en
varios destinos militares, especialmente en Montevideo. Estaba en Montevideo
en 1806, cuando se produjo la primera invasión inglesa y fue puesto al mando
de las tropas que el gobernador de Montevideo, Pascual Ruiz Huidobro, le
entregó a Santiago de Liniers. Como tal, era el segundo de Liniers cuando la
Reconquista. Antes del ataque, le llevó al gobernador inglés, William Carr
Beresford, la intimación de rendirse, que éste desechó. Después de la
victoria, negoció con él las condiciones de la rendición. En esa ocasión tuvo
que apaciguar a los milicianos porteños, con riesgo de su vida. Participó
también de la defensa contra la Segunda Invasión Inglesa en 1807, pero pasó a
retiro militar después de ese año. La Guerra
Civil y la de Independencia Se
reincorporó al ejército en 1810, después de la Revolución de Mayo, como parte
de las fuerzas de la Banda Oriental. Participó de los sitios de Montevideo,
en 1811 y 1812, y se destacó en la batalla de Cerrito. Fue nombrado
comandante general de Entre Ríos por el director Gervasio Antonio Posadas,
pero a los pocos días de su llegada, en enero de 1814, su segundo, el coronel
Holmberg, fue totalmente derrotado por el caudillo federal Eusebio Hereñú en
el Combate de El Espinillo, cerca de Paraná. Fue tomado prisionero por
Fernando Otorgués junto a Holmberg, pero a los pocos días fueron liberados y
enviados a Buenos Aires. Desde marzo de 1814, y por poco tiempo, fue teniente
de gobernador de San Miguel de Tucumán, que aún dependía de la provincia de
Salta. En enero de 1815 fue nombrado gobernador de Salta, y apoyó todo lo que
pudo la marcha del Ejército del Norte hacia el Alto Perú. Fue desplazado del
poder por el coronel Martín Miguel de Güemes, que formó su propio gobierno.
Marchó al Alto Perú y se unió al Ejército del Norte, hasta la derrota de éste
a fines de ese año. Formó parte del partido federal dirigido por Manuel Dorrego,
y se opuso al gobierno de Juan Martín de Pueyrredón, al que consideraban
despótico. Éste lo envió al Ejército de los Andes: era una forma cómoda de
sacarse de encima a los militares opositores, que ya había ensayado con
Soler, y fracasado con Dorrego. Se unió al Ejército de los Andes el 24 de
enero de 1817, cuando el ejército ya estaba en marcha, integrándose al estado
mayor -el coronel Hilarión de la Quintana llegó de Buenos Aires con pliegos
para San Martín, y éste lo invitó a sumarse a la expedición-. Luchó en la
batalla de Chacabuco, fue edecán del general José de San Martín — casado con
una sobrina suya — y peleó en Cancha Rayada y Maipú. En 1817 fue director
supremo interino de Chile. Durante su breve mandato, proclamó la
Independencia de Chile, hizo oficial su Bandera y acuñó la primera moneda
nacional. La anarquía
de 1820 Regresó en
1819 a Buenos Aires y fue acusado de participar en un complot contra el
gobierno. Fue dado de baja del ejército, de modo que el mismo Pueyrredón se
lo sacó de encima dos veces. Después de la batalla de Cepeda, el nuevo
gobernador, Manuel de Sarratea, lo llamó para que se hiciera cargo de la
comandancia de armas de la provincia, cargo en que duró poco. Participó del
lado de Soler y Dorrego en los hechos de la anarquía del año XX. Dirigió el
asalto a San Nicolás de los Arroyos — donde se habían refugiado los aliados
del caudillo Estanislao López, Alvear y Carrera — bajo las órdenes de
Dorrego. Tras la pequeña victoria de Pavón, quedó como jefe de San Nicolás,
lo que le ahorró la derrota y la vergüenza en la batalla de Gamonal.
Participó en la revolución de octubre de ese año, junto al coronel Manuel
Pagola, por la cual fue arrestado tras su derrota frente al general Martín
Rodríguez y el coronel Juan Manuel de Rosas. Emigró a Montevideo y regresó al
año siguiente, cuando la situación política se estabilizó bajo el gobierno de
Rodríguez. Fue pasado a retiro por la reforma militar del ministro Bernardino
Rivadavia y permaneció alejado de la política por varios años. Volvió a la
actividad para ejercer cargos secundarios bajo la gobernación de Dorrego y a
su caída se retiró definitivamente. El general Juan Lavalle lo desterró y a
su regreso sólo volvió a aparecer en público para un apoyo a Rosas en una
manifestación. Murió pobre en 1843, en un hospital público de Buenos Aires. Homenajes Una calle
en el partido bonaerense de Vicente López lleva su nombre, al igual que otra
calle en el barrio Malvín Norte en Montevideo, Uruguay. Nacimiento
Alfonso
Rumazo González, Lupe Rumazo, Horacio Jorge Becco: "Simón
Rodríguez, maestro de América" P.134, Héctor Muñoz Bustamante:
"Bolívar en anécdotas" P.52 y varios autores más lo ponen,
erróneamente, como nacido en Bolivia. Muerte
Oscar
Tavani Pérez Colman: "Martínez de Fontes y la fuga del General
Beresford" P.67 lo pone fallecido en 1841 |
Fuentes:
- persona: http://es.wikipedia.org/wiki/Hilari%C3%B3n_de_la_Quintana
- nacimiento: Ricardo
Mariátegui Oliva: "José Gil de Castro ("el mulato Gil"): vida y
obra del gran pintor peruano de los libertadores : obras existentes en
Argentina y Chile" P.192
- bautismo: Carlos Calvo:
"Nobiliario del antiguo virreynato del Río de la Plata" P.216
- casamiento 1, muerte:
Aníbal Barrios Pintos, Washington Reyes Abadie: "Orientales en la
emancipación americana" P.122
- casamiento 2: Arturo Costa
de la Torre: "Descendencia de los libertadores Bolívar y Sucre en
Bolivia" P.28
91-1 (Maria del Transito de Aoiz Lajarrota )
Fuentes:
- casamiento: Aníbal Barrios
Pintos, Washington Reyes Abadie: "Orientales en la emancipación
americana" P.122
92 (Martín de la Quintana Aoiz )
Fuentes:
- casamiento 1, casamiento
2: Luis Varela y Orbegoso. Apuntes para la historia de la sociedad colonial -
Volúmenes 1-2 - P.35
92-1 (María Santander )
Fuentes:
- casamiento: Luis Varela y
Orbegoso. Apuntes para la historia de la sociedad colonial - Volúmenes 1-2 -
P.35
92-2 (Isidora Crespo Maldonado )
Fuentes:
- casamiento: Luis Varela y
Orbegoso. Apuntes para la historia de la sociedad colonial - Volúmenes 1-2 -
P.35
91-2 (Maria Joaquina Costas Morando 1794)
Fuentes:
- nacimiento: Antonio Cacua
Prada: "Los Hijos Secretos de Bolívar" P.209
- casamiento 1: Arturo Costa
de la Torre: "Descendencia de los libertadores Bolívar y Sucre en
Bolivia" P.28
95 (Maria Angeles de la Quintana y Aoiz )
Fuentes:
- persona: Centro de
Estudios Genealógicos e Históricos de Rosario. Boletín Nº1. P.31
96 (Severa Justa de la Quintana y Aoiz )
Fuentes:
- persona: Centro de
Estudios Genealógicos e Históricos de Rosario. Boletín Nº1. P.31
97 (Maria Concepcion Buenaventura de la Quintana y Aois )
Bautismo
No
figura la fecha |
Fuentes:
- bautismo: "Argentina,
Capital Federal, registros parroquiales, 1737-1977," index and images,
FamilySearch (https://familysearch.org/pal:/MM9.1.1/29V8-YPF :
accessed 08 Mar 2014), Petrona Aoiz in entry for Maria Concepcion Buenaventura
Quint.A Aois, X X X.
98 (Manuel Joseph Berfecto Aoyz y Larrasabal 1748)
Fuentes:
- bautismo: "Argentina,
Capital Federal, registros parroquiales, 1737-1977," index and images,
FamilySearch (https://familysearch.org/pal:/MM9.1.1/XN38-2V2 :
accessed 03 Mar 2014), Manuel Joseph Berfecto Aoys, 1748.
99 (Maria del Transito de Aoiz Lajarrota )
Fuentes:
- casamiento: Aníbal Barrios
Pintos, Washington Reyes Abadie: "Orientales en la emancipación
americana" P.122